Kamala Harris, abogada californiana de 55 años, en política desde finales de los 80 y ex candidata a la presidencia de Estados Unidos, se ha convertido en la elegida de Joe Biden, el contendiente demócrata a ‘líder del mundo libre’, para ocupar la vicepresidencia en caso de que Biden venza a Donald Trump en las elecciones de noviembre. Su carrera como fiscal y un contexto en el que la fuerza del Black Lives Matter y el feminismo demandan representación real en las instituciones la han convertido en la candidata perfecta.
Kamala Harris nació en Oakland, California, en 1964. Su madre, Shyamala Gopalan, era una investigadora del cáncer de mama emigrada de la región de Tamil, en India, que llevaba en Estados Unidos desde 1960. Su padre, Donald Harris, llegó un año después desde Jamaica para graduarse en Economía en la universidad de Berkeley, donde conoció a su futura esposa.
De niña, Kamala acudió a una escuela infantil que formaba parte de un programa de integración racial, donde la mayoría de los alumnos eran blancos. Sus padres se separaron cuando tenía 7 años. Alguna vez ha recordado como cuando iba a visitar a su padre a Palo Alto (la exclusiva zona de California que vio nacer Google, Facebook o PayPal) los padres de sus vecinos no la dejaban jugar con sus hijos por ser negra. Más adelante, se mudó con su madre y su hermana a Canadá. Regresó a Estados Unidos para completar su formación universitaria y comenzar a ejercer Derecho. En 2004 se convirtió en fiscal del distrito en San Francisco. Diez años después llega a fiscal general de California. En 2017 se convierte en Senadora por su estado.
Kamala Harris: de dura opositora de Joe Biden a mano derecha
Harris se retiró de la carrera por la presidencia del partido demócrata en diciembre de 2019, alegando falta de fondos. Su batalla había empezado de manera prometedora: cuando anunció su candidatura batió el récord de recaudación de fondos para su campaña en el primer día, un triunfo que ostentaba Bernie Sanders. En su primer debate contra el hombre que podría convertirla en vicepresidenta, se llevó de calle a la opinión pública atacando a Biden por el flanco racial. Sin embargo, en un segundo enfrentamiento éste acabó con su carrera en las primarias sacando a la luz su posición conservadora cuando ejercía como fiscal.
Kamala Harris defiende una postura centrista dentro de su partido. Defensora del matrimonio homosexual, ha sido una fiscal especialmente dura en sus penas e incluso en 2014 argumentó a favor de la pena de muerte en la corte de California. Apoya la regulación de la marihuana, el aborto, y el control de armas, y también ha trabajado contra la política migratoria de Trump, facilitando, por ejemplo, que los inmigrantes ilegales también tuvieran acceso a tratamientos contra la COVID.
Harris supone un atractivo innegable para varias ‘minorías’ estadounidenses, y una inyección de energía para un Joe Biden que se convertiría en presidente de Estados Unidos a los 78 años. Un líder aún más anciano que Donald Trump, que llegó a la presidencia con 74. ¿Hará historia Kamala Harris? Una cosa está clara: lleva toda la vida preparada para ello.
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