Las cosas están cambiando a velocidad de vértigo en los rodajes de Hollywood, y no solo porque por fin estén obligados a contar con una profesional encargada de negociar al detalle cada movimiento y gesto de las escenas de sexo, de manera que no se produzca nada que no haya sido pactado previamente. Además, las estrellas con poder y altavoz hablan cada vez más abiertamente de sus experencias con el desnudo y de cómo la industria no ha tenido en cuenta hasta hoy lo mucho que pueden llegar a perturbar y hasta traumatizar. De hecho, ha convertido los cuerpos desnudos de las actrices en un gancho más para la taquilla. Keira Knightley (34 años) es una de las últimas que ha decidido que se acabó rodar desnudos, y no porque no se sienta bien en su cuerpo vestido habitualmente por Chanel. A partir de ahora, recurrirá a dobles cada vez que el guión requiera piel.
«Ahora puedo elegir y ya no me apetece mostrarme desnuda delante de todo el equipo de rodaje», ha confesado Knightley. La actriz, que jamás ha mostrado otra cosa que no sea su pecho, ha añadido una objeción extra a la cuestión de tener que desnudarse frente al mundo: «Antes las escenas se quedaban en la película, pero ahora lo más fácil es encontrártelas en sitios de pornografía en internet». Ese es el caso de las escenas de sexo de «Juego de tronos», más directas de las que rodaba Knightley y mucho más perturbadoras al menos para dos actrices. Carice Van Houten, la actriz que interpretó a la bruja Melisandre, ha revelado que ahora cuestiona muchísimo la cantidad de desnudos femeninos de la serie. Emilia Clarke lo pasó algo peor: solo tenía 23 años cuando rodó escenas de sexo que le parecieron «terroríficas».
La violencia de las escenas de sexo que tuvo que rodar Emilia Clarke hicieron que tanto ella como Jason Momoa lloraran grabándolas. Además, Clarke ha reconocido que era demasiado joven y, debido a su inexperiencia, los productores abusaron de ella. La experiencia la traumatizó y hasta tuvo que recurrir al alcohol. Ya no era tan joven Ruth Wilson, protagonista de la serie ‘The Affair’, precisamente la historia de un romance prohibido. Wilson ha admitido que sintió que la coaccionaban para desnudarse en escenas de sexo gratuitas, «en un ambiente de trabajo hostil«. De hecho, al no ceder a las presiones de una ejecutiva, fue calificada de difícil y problemática por el estudio. Por ese motivo, abandonó la serie antes de que terminara su contrato. Tremendo, ¿verdad?
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