El estreno de una serie documental sobre uno de los mayores criminales y explotadores sexuales de la alta sociedad, Jeffrey Epstein, ha vuelto a poner su espantosa figura en primer plano. Y, con ella, las incógnitas que aún rodean al caso.
Su muerte en prisión, supuestamente un suicidio, el 10 de agosto de 2019, dejó en el aire una trama de corrupción, trata de blancas, proxenetismo y pedofilia que ha salpicado incluso al príncipe Andrés de Inglaterra, mientras su principal asociada, Ghislaine Maxwell, sigue desaparecida, sin que ni las autoridades o los documentalistas sepan dónde se encuentra. El documental da voz a las víctimas, que perdieron con su muerte la oportunidad de revelar en un juicio los manejos de un arribista convertido en cienmillonario a la sombra de los ricos y poderosos.
Pero la noticia de hoy tiene un viso positivo: un acuerdo judicial a varias bandas (incluyendo las autoridades del paraíso fiscal donde Epstein mantenía gran parte de su fortuna) convertirá al fin en un fondo de compensación para las víctimas los cerca de 575 millones de euros que dejó tras de sí al morir.
El acuerdo llega casi un año después de la muerte de Epstein en una celda de Manhattan, donde se hallaba preso a la espera del juicio en el que afrontaba cargos de abusos sexuales y proxenetismo. Y la decisión está finalmente en manos de un tribunal de las Islas Vírgenes estadounidenses, donde recayó la gestión de la herencia. ¿El mayor obstáculo hasta ahora? Se quería obligar a las víctimas a renunciar a tomar acciones legales contra el resto de asociados de Epstein –como por ejemplo Maxwell, si es que algún día reaparece– a cambio del dinero, un requisito que uno de los abogados de las víctimas confirmaba a Reuters anoche que ha desaparecido.
La fiscal general de las Islas Vírgenes de EE.UU., Denise George, es la que más presiones ha ejercido para que los criminales asociados con Epstein no puedan librarse de futuros juicios. De momento, hay más de tres docenas de mujeres víctimas de la red de Epstein (que se sospecha que pudo haber abusado de varias docenas más, muchísimas de ellas menores) reclamando algún tipo de compensación, ahora que su principal pesadilla ha muerto y no puede ser juzgado.
Para terminar de complicar las cosas, un experto en análisis de ADN especializado en encontrar herederos de fortunas sin familiares legítimos, anunció esta semana que más de 130 personas se han apuntado a una campaña lanzada por su empresa para localizar a los posibles herederos naturales de Epstein. Al menos un tercio de esas personas afirman ser hijos ilegítimos del pederasta, aunque el acuerdo actual hace bastante difícil que puedan tener acceso a la herencia del criminal.
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