Seguro que Kate Middleton recuerda como si fuera ayer el 29 de abril de 2011, cuando caminó por la nave central de la abadía de Westminster luciendo un vestido de Alexander McQueen y del brazo de su padre, Michael. Era su gran día, el broche de oro a su relación con el príncipe William, que había empezado una década atrás. Se conocieron en 2001 en la Universidad de St. Andrews y lo que comenzó siendo una relación de compañeros de piso acabó en noviazgo. Aunque intentaron llevar la relación con absoluta discreción, Kate pronto se tuvo que acostumbrar al escrutinio de la prensa y a hacer frente a todo tipo de comentarios, incluidos aquellos que se mofaban de ella por el largo tiempo que tuvo que esperar a que William le propusiera matrimonio llamándola waity Katie o los que criticaban su origen plebeyo.
Tras una década de relación (y una separación incluida), Kate Middleton y el príncipe William se casaron en Londres ante la atenta mirada de casi 2.000 invitados en una boda de cuento que fue seguida por más de 134 millones de telespectadores. Un día para la historia, no en vano se casaba el heredero a la corona británica y a quien mucho tiempo han apuntado como sucesor directo de la reina Isabel II, que sigue alargando su reinado mientras el príncipe Carlos carga con la etiqueta de eterno heredero.
En estos diez años que se cumplen desde el día de su boda, Kate y William han trabajado codo con codo para ganarse al pueblo británico, siempre atento a lo que acontece en The Firm. Kate ha sabido ganarse el aprecio de Isabel II y su relación con el príncipe Carlos es más que estrecha, tal y como pudo verse en el funeral del duque de Edimburgo, donde fue una de las primeras en consolarle. Ambos han hecho lo que se esperaba de ellos. Han formado una familia con el nacimiento de los príncipes George, Charlotte y Louis, han ido ganando peso dentro de la familia real y han sido capaces de abanderar causas que tocan de cerca la vida de los ciudadanos como la importancia de cuidar la salud mental o su involucración en lograr una educación de calidad para todos los niños.
Diez años que no han estado exentos de sobresaltos para la monarquía británica, acostumbrada muy a su pesar a copar titulares. Repasamos los 10 momentos que han marcado a la familia real británica en esta década. Así han cambiado desde que se casaron Kate y William:
Dos años después de su boda, Kate y William daban la bienvenida a su primer hijo, que ocupaba el tercer puesto en la línea de sucesión al trono. Bautizado como George Alexander Louis, el pequeño nació en el Ala Lindo del Hospital de St. Mary’s, el mismo en el que Diana de Gales dio a luz a sus hijos.
Antes de su boda y su faceta como padre y filántropo, hubo un tiempo en que Harry era un verdadero dolor de cabeza para la monarquía (y en parte lo sigue siendo, pero por otros motivos). En 2012 el príncipe Harry fue portada de los tabloides por unas fotos desnudo en un hotel de Las Vegas. No era la primera vez que Harry ponían en jaque a la corona. Sus fotos bailando borracho en una piscina de Croacia o en la que se le veía con un uniforme nazi forman parte de una etapa que Harry ya ha enterrado.
El 9 de septiembre de 2015 Isabel II marcó un hito en su reinado, que se convertía en el más largo de la corona británica, superando el de su abuela, la reina Victoria. Cumplía entonces 63 años al frente de la monarquía británica. Aunque durante los últimos años se ha rumoreado sobre una posible abdicación, Isabel II sigue al frente de The Firm.
En 2016 Kate, William y Harry se embarcaron juntos en un ambicioso proyecto, Heads Together, una campaña benéfica que quería «cambiar la conversación sobre la salud mental de una vez por todas». Eran tiempos felices para el trío, que compartía actos oficiales y momentos de ocio. Aunque hayan separado sus caminos, la lucha por conseguir ese objetivo continúa.
El 19 de mayo de 2018 la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor fue testigo de la boda de Meghan y Harry. Era el broche de oro a una historia de amor que se fraguó bajo el cielo estrellado de Botswana y las citas clandestinas en el apartamento de Kensington de Harry, donde ambos tuvieron claro que estaban hechos el uno para el otro. Nada hacía presagiar aquel día que, en menos de dos años, ambos escenificarían su ruptura con la familia real inglesa.
2019 será recordado como el año en el que Meghan y Harry dijeron adiós a Reino Unido, evidenciando una ruptura con gran parte de la familia que parecía insalvable. Cuando se anunció su compromiso, todo el mundo vio en Meghan a esa mujer perfecta para que Harry formara una familia. Pero su vida en la Corte no fue fácil y el acoso de los medios les hizo poner tierra de por medio.
En una entrevista exclusiva con Oprah Winfrey que hizo correr ríos de tinta, Meghan Markle habló de sus problemas de salud mental ante la falta de apoyo y las presiones que tuvo que soportar, y el príncipe Harry afirmó que tuvo miedo de que Meghan acabara como su madre por el acoso mediático. Incluso acusaron a la monarquía de racismo por preocuparse por cuál sería el color de piel de su hijo Archie. La herida sigue abierta.
El hijo favorito de la reina Isabel II, con quien adora salir a montar a caballo en Windsor, ha visto cómo era apartado de todas sus responsabilidades reales por su vinculación con el caso Epstein. Su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein le puso en una posición comprometida y la entrevista que concedió en la televisión inglesa para aclarar todas las acusaciones no hizo sino empeorar la situación. El príncipe Andrés vive retirado en Windsor y comparte residencia con su exesposa, Sarah Ferguson.
Con la reina Isabel II y el duque de Edimburgo confinados en Windsor y el príncipe Carlos y Camila en Escocia, los duques de Cambridge se convirtieron en la cara visible de la monarquía durante la pandemia. Desde su casa de Anmer Hall, donde se confinaron con sus hijos, realizaron videollamadas, apoyaron al personal sanitario y de las actividades esenciales, y se mostraron como una familia más, intentando conciliar teletrabajo, clases online de los niños y manualidades varias. Además, Kate lideró el proyecto fotográfico Hold Still junto a la National Portrait Gallery. Un gran concurso abierto a todos los ciudadanos para que mostraran, a través de sus fotografías, cómo habían vivido la pandemia.
https://www.instagram.com/p/CNqNDq9FmXf
Una publicación compartida de Duke and Duchess of Cambridge (@kensingtonroyal)
La última década ha visto a la familia real inglesa crecer de forma considerable. Isabel II se ha convertido en bisabuela de diez bisnietos: a los tres hijos de Kate y William se suman los cinco nietos de la princesa Ana, su hija mayor (Savannah, Isla, Mia, Lena y Lucas), Archie y August (hijo de la princesa Eugenia). Este verano la familia aumentará con la llegada de la segunda hija de Meghan y Harry.
https://www.instagram.com/p/CNkRn-xliiv
Una publicación compartida de Duke and Duchess of Cambridge (@kensingtonroyal)
El 9 de abril de este año fallecía Felipe de Edimburgo a los 99 años. Tras 73 años casado con la reina Isabel, era el gran apoyo de la monarca y sin duda una de las piezas fundamentales de la familia. Todos le han recordado como un hombre comprometido con sus obligaciones, gran lector, amante de las barbacoas y la cerveza y poseedor de un fino sentido del humor que conquistaba a todos los que le conocían.
Fuente: Leer Artículo Completo