Al hablar con Margrethe Vestager, uno se olvida de que esta danesa (Glostrup, 1968) es una de las mujeres más poderosas del mundo. Cordial con su equipo, natural con los periodistas, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea es también la persona más temida por las todopoderosas tecnológicas. Solo a Google ha impuesto 8.200 millones de euros en multas por competencia ilegal y abuso de posición dominante. Fuente de inspiración de la serie Borgen, a Vestager apenas le ha quedado un minuto libre durante estos meses del covid-19. “Hemos estado trabajando como locos”, reconoce a Mujerhoy en uno de los raros huecos en su agenda.
Han sido meses muy intensos para la guardiana de la competencia en la UE y responsable de la Agenda Digital; ha estado coordinando e impulsando las ayudas de más de 2,3 billones de euros para salvar empresas y empleos. Durante la charla, comparte su firme confianza en que los vecinos del Norte apoyen la propuesta del fondo de recuperación para salir del agujero. También pone en común su experiencia llegando a consensos y recomienda a los partidos españoles abandonar las posiciones maximalistas porque, en política, “no puedes cambiar nada sin contar con los que no estás de acuerdo”.
Mujerhoy En los primeros meses de esta pandemia, italianos o españoles se preguntaron dónde estaba la solidaridad europea.
Margrethe Vestager Fue duro asistir al cierre de las fronteras, y la prohibición a las exportaciones de material por parte de algunos países miembros durante las dos primeras semanas de esta crisis. La Comisión no tiene competencias en materia de sanidad, pero hemos coordinado la respuesta europea en varios ámbitos. Se ha coordinado el cambio de producción de las fábricas, para que hicieran mascarillas, guantes y equipo de protección, y también nos hemos ocupado de las repatriaciones, creo que más de 40.000. Yo me he dedicado a planificar las ayudas las 24 horas del día.
M.H. Muchos creen que lo peor está por llegar.
Margrethe Vestager Será la verdadera prueba. Podemos conseguir una recuperación europea fuerte, si los Estados miembros se unen. Este es el verdadero test para los ciudadanos, ver que cuando llegan tiempos tan difíciles, y sus empleos están en peligro, nos unimos y nos ayudamos mutuamente.
M.H. Procede de uno de los países conocidos como los “frugales”, los que se oponen a recurrir al fondo de recuperación, tal y como ha propuesto la Comisión, y como pide España. ¿Acabarán cediendo?
Margrethe Vestager Obviamente respaldo al 100% la propuesta de la Comisión, que incluye 500.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido y 250.000 millones en préstamos. Pero también aprendimos de la crisis financiera que los países no hicieron suyas muchas de las reformas que se pidieron. Por eso en la Comisión propusimos que para acceder a los fondos de recuperación, cada Estado presente sus propios planes de recuperación, siguiendo las recomendaciones de reformas de la Comisión. Realmente espero que los países frugales tomen conciencia de la propuesta, para que lleguemos a un compromiso. En estos casos, una respuesta rápida y firme supone miles de millones. Cuanto antes podamos trabajar en la recuperación, menos personas sufrirán desempleo y menos empresas se declararán insolventes.
Es fundamental en política renunciar a la convicción de que estás siempre en lo cierto».
M.H. Como guardiana de la competencia en la UE, ha ejercido un control exhaustivo sobre gigantes como Facebook, Google, Apple o Amazon. ¿Se puede crear un marco regulador para este tipo de empresas?
Margrethe Vestager Es más urgente que nunca hacerlo. Son los principales accesos a los servicios tecnológicos y deben saber qué pueden hacer y qué no. Corremos el riesgo de perder innovación y precios asequibles. El mundo digital debe estar más abierto a la competencia.
M.H. Sus multas a las tecnológicas y la propuesta del impuesto digital le pusieron en la diana de Donald Trump, quien dijo que “la mujer de los impuestos europea” odia a Estados Unidos.
Margrethe Vestager No es cierto. He pasado mucho tiempo en ese país y conservo muy buenos amigos allí. La respuesta europea es clara y sencilla: muchas empresas trabajan duro para obtener un beneficio a partir del cual pagan sus impuestos. No es justo que los gigantes tecnológicos con los que compiten por capital, empleados y clientes no los paguen. No se trata de un enfoque específico europeo, sino que es más bien el principio de que nadie está por encima de la ley.
M.H. Ha tenido una carrera muy larga en política. ¿Cuál ha sido el mayor cambio que ha notado en su evolución?
Margrethe Vestager Creo que me he vuelto más suave con los años. Cuando tienes más experiencia, entiendes mejor los matices. Observas que las personas tienen algo muy valioso con lo que contribuir al debate. Probablemente era demasiado joven cuando me convertí en ministra de Educación y de Asuntos Eclesiásticos con solo 29 años. Pero no era consciente de que era demasiado joven. No tenía miedo.
M.H. Es hija de un pastor luterano, como la canciller Angela Merkel. ¿Ha influido de alguna manera en su forma de hacer política?
Margrethe Vestager En mi país, decimos que los hijos de los pastores siempre son los peores [Risas]. Bromas aparte, una de las cosas que aprendí de mis padres es que todos somos iguales. Siempre venía gente a casa, de todo tipo, vecinos muy pobres y también las familias más acomodadas. A todos se les atendía por igual, sin importar la situación en la que estaban. Ese aprendizaje fue a la vez un privilegio y un regalo.
M.H. ¿Fue eso lo que le atrajo de la política?
Margrethe Vestager En realidad lo que me interesó fue la comunidad, cómo mejorar las cosas. Tenía unos 10 o 12 años. En el colegio no había comedor y creamos una pequeña tienda donde podías comprar un yogur o zumos. Ahí vi que puedes resolver problemas, mejorar tu entorno.
M.H. ¿Ya entonces era lo que se entiende por una líder?
Margrethe Vestager Más bien lo contrario. Era bastante tímida de niña. No me gustaba nada hablar en público. Al principio, prefería que nadie me viera. Pero, claro, en política tienes que ser visible. La gente necesita saber quién eres y conocer de primera mano lo que piensas.
No puedes cambiar nada sin contar con aquellos con los que no estás de acuerdo».
M.H. Sirvió de inspiración para la protagonista de Borgen, una serie en la que consenso es la fuerza motriz. ¿Cuál es la receta para el entendimiento político?
Margrethe Vestager Realmente admiro a los votantes daneses, porque durante décadas su forma de ver la política ha sido realmente constructiva. “Usted o ese otro político tienen buenas ideas, es más conveniente que ninguno tenga la mayoría y hablen entre ustedes”. Los votantes quieren que los partidos lleguen a acuerdos entre ellos. En política tienes que aprender lo antes posible que no puedes hacer simplemente las cosas a tu manera.
M.H. Parece más sencillo decirlo que llevarlo a la práctica.
Margrethe Vestager Si estás convencido de que tienes razón y dispones de las herramientas y conocimientos para mejorar la sociedad, es fundamental que te des cuenta de que no puedes cambiar nada sin contar con los que no están de acuerdo contigo. Por supuesto, es complicado interiorizarlo, por eso en Dinamarca llegar a este tipo de consensos ha costado décadas. Es parte fundamental de la cultura política renunciar a la convicción de que estás siempre en lo cierto y de que todas tus decisiones se apoyan en argumentos irrebatibles. Así no se puede conseguir nada.
M.H. En España uno de los pocos consensos que existen es el de que la política se ha polarizado, que los acuerdos entre diferentes bloques son casi imposibles.
Margrethe Vestager Esa posición no lleva a ninguna parte. Las decisiones quedan en punto muerto, por lo que ni siquiera sirves a tus votantes. La gente respeta que intentes hacerlo lo mejor que puedas. Hay que aprender que no siempre se puede cumplir lo que se promete.
M.H. ¿Cómo es su relación con España y el presidente Pedro Sánchez?
Margrethe Vestager Diría que muy cercana. Compartimos en muchas áreas las mismas ideas sobre el trato justo en el mercado interior o la competencia. España es un socio muy leal. Ha sido muy doloroso ver la situación en un país tan querido durante estos meses, el sufrimiento que habéis vivido. Sé que ha sido muy duro, que ha habido personas que han fallecido sin que sus seres queridos pudieran despedirlas. Nadie es responsable de que un virus golpee más fuerte en algunos lugares que en otros. Lamentablemente, no podemos hacer nada al respecto, solo unirnos y recuperarnos más rápido y con más fuerza. Estamos juntos en esto.
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