La sesión de control al Gobierno debería servir para que el Ejecutivo rinda cuentas sobre el trabajo que ha hecho en los últimos meses, pero se ha parecido más a un debate electoral televisado. Los gestos más duros los protagonizaron los dos protagonistas de un pacto para formar gobierno que no parece posible: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Cuando el segundo le preguntó al primero por cuál era el balance que hacía de su gestión como presidente en funciones, el rictus de Sánchez se endureció y usando el dedo índice para contestar, aprovechó su turno de palabra para reprocharle a que no hubiera aceptado las distintas ofertas que le han hecho para que Podemos se una al nuevo gobierno español.
Ha sido la tónica de una jornada en la que nadie ha desaprovechado el turno de palabra para reprocharle algo al rival. Es lo mismo que ha ocurrido cuando el diputado José Ortega Smith ha preguntado a la ministra de Justicia, María Dolores Delgado, por un posible indulto a los presos catalanes y ella ha respondido con las cifras de violencia machista.
También la popular Macarena Montesinos de Miguel ha empleado el dedo acusador tras preguntar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero por la gestión de TVE. "¿Qué medidas piensa tomar para que TVE deje de estar a su servicio?", fue la pregunta y la ministra respondió:“Probablemente se confunde con la etapa de gestión de su partido en rtve”. De ese modo, Montero, ya en tono agrio, recurría al argumento del "y tú más", que ha estado muy presente en toda la sesión.
La mismia ministra ha empleado su turno de palabra para señalar los problemas de las demás formaciones políticas, como cuando Marcos de Quinto le ha preguntado por el "gasto público desbocado" y ella le ha contestado: "Su estilo se parece mucho al del PP”, a lo que ha seguido un análisis de los que, a su parecer, son los problemas que tiene ahora Ciudadanos antes de contestar a la pregunta concreta.
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