Por qué Joe Biden puede estar preparando el camino para que Kamala Harris llegue a ser la primera presidenta de los Estados Unidos

Es una tentación inevitable en los columnistas de prensa: resulta más sugerente especular con un futuro factible que seguir dándole vueltas al presente imperfecto. Y eso que la situación en Estados Unidos no puede ser más inédita: aunque Joe Biden ya ha logrado la ratificación del Colegio Electoral, no está del todo claro cómo y cuándo abandonará Donald Trump la Casa Blanca. Aún así, los comentarios editoriales en los medios republicanos y demócratas van por otros derroteros. Hay quien se hace eco de una teoría de la conspiración de Trump y señala al Presidente electo como el protagonista de una operación encubierta para llevar a Kamala Harris a la presidencia sin pasar por las elecciones. Solo tendría que ponerse enfermo, cosa no tan extraña dada su edad (78 años).

En ‘The New York Times’, un medio nada sospechoso de entregarse a las elucubraciones, Thomas L. Friedman sostiene que Harris está llamada a labores más importantes que la vicepresidencia. «Es demasiado inteligente y enérgica para una posición con pocas responsabilidades», apunta. Y de alguna manera se suma a una corriente general de opinión que observa a Kamala Harris más como una presidenta en ciernes o una vicepresidenta con poderes extra. Tanto es así, que aparece en la portada de ‘Time’ dedicada a la persona más importante de 2020 junto a Joe Biden. Edward Felsenthal, editor jefe de la revista, ha reconocido que incluir a sendos políticos ha sido una excepción. «Cada presidente electo desde Roosevelt ha sido en algún momento durante su mandato Persona del Año. Esta es la primera vez que incluimos a un vicepresidente».

Los analistas descartan que pueda entrar en las quinielas de Biden el renunciar a su mandato en favor de la vicepresidenta, pero seguro que sí se ha planteado la tarea de facilitar al máximo la reelección de su compañera de ‘ticket’ en 2024. Friedman apunta una vía para impulsar la visibilidad política de Kamala Harris ante el electorado: nombrarla su «secretaria para el desarrollo rural, responsable de cerrar la brecha de oportunidades, de conectividad, de aprendizaje, de emprendimiento, de rabia y de alienación entre la América rural y el resto del país». Probablemente, la tarea más importante que puede encargársele a un político en este momento.

Otra herramienta que el Presidente electo puede estar utilizando para impulsar y elevar la popularidad y autoridad de Kamala Harris de cara a ganar las próximas elecciones es nombrar a mujeres en puestos de máxima responsabilidad. No solo tiene un equipo de comunicación íntegramente formado por mujeres, sino que también ha ido colocando féminas en posiciones clave, las últimas la directora del Consejo de Política Interior, Susan Rice; y la representante de Comercio, Katherine Tai. Es importante visibilizar a las mujeres en el poder y demostrar su capacidad de liderazgo. Solo así los electorados pueden liberarse de clichés y votar sin sujetarse a los persistentes estereotipos.

Aunque nos parezcan cosa del pasado, los clichés de génerosiguen muy vivos. Un sondeo del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano desveló en 2012 que el 90% de los participantes prefería viajar en un avión pilotado por un varón; el 96% tendría más confianza en un ingeniero que en una ingeniera y el 64% de los varones y el 45% de las mujeres cree que las mujeres son menos confiables que los hombres cuando ocupan posiciones de poder. De hecho, el 46% de los participantes manifestó preferencia porque su jefe fuese de un determinado género y, de ellos, el 72% dijo preferir y confiar más en un jefe hombre.

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