Corría el año 1986 cuando la visita de un desconocido jinete al Rocío chico, donde se encontraba una joven infanta Elena (tenía 23 años), hacía saltar las alarmas sobre un supuesto romance de la hija de los entonces reyes de España. Se trataba de Luis Astolfi, que en ese momento tenía 27 años, desconocido para el gran público pero ya con una gran trayectoria a sus espaldas en el mundo de la hípica. Su relación con la infanta nunca se confirmó pero se los pudo ver juntos durante casi tres años en diferentes concursos en el Club de Campo de Madrid o en Jerez de la Frontera.
La pasión por los caballos los unió y pese a que luego cada uno hizo su vida, entre ellos siempre quedó una bonita amistad que no han perdido en todos estos años. Hace tan solo unos días, según publicaba Vanitatis, coincidieron en el Real Club Pineda de Sevilla y ambos se mostraban divertidos y cómplices dando buena muestra de esa estupenda relación que hoy en día siguen teniendo.
Empezó a competir con 14 años
Luis Astolfi Pérez de Guzmán nació en Sevilla hace 62 años. Es el sexto de los catorce hijos que tuvieron Antonio Astolfi Cuesta y Dolores Pérez de Guzmán, ambos ya fallecidos (su padre en 2013 y su madre un año más tarde) y que se habían casado el 19 de febrero de 1953 en la Capilla Real de la Catedral sevillana. Su familia siempre ha estado vinculada al Real Club Pineda de Sevilla y al mundo del caballo así como al de los negocios relacionados con el sector aceitero. Desde que era un niño, Luis comenzó a desarrollar una gran afición por la hípica y, sobre todo, por la competición. Con tan solo 11 años comenzó a montar a caballo en el citado club, que cuenta con más de 75 años de historia, de la mano del profesor Antonio Espigares. Iba a practicar dos días a la semana en el picadero y tres años más tarde ya se le podía ver a lomos de un caballo a diario. Fue entonces, siendo aún un adolescente, cuando empezó a participar en algunos concursos nacionales en Santander, Vigo o Gijón.
Antes de cumplir los 18 años, Luis Astolfi ya tenía claro que su futuro estaría relacionado con el mundo del caballo. Intensificó su compromiso y empezó a lograr sus primeros éxitos en los Campeonatos de Andalucía teniendo como entrenador al francés Enric Bidon. Poco después de alcanzar la mayoría de edad, el jinete dio el salto internacional y con 19 años participaba en concursos universitarios llegando a ganar el bronce en el Campeonato de Europa Universitario de 1979 y en el subcampeonato en el Mundial de París en 1980 y 1982. Mientras competía en lo que era su gran pasión, Luis se licenció en Derecho, aunque nunca ha llegado a ejercer como abogado. Fue en 1983, una vez terminada la carrera, cuando decidió dedicarse en cuerpo y alma a la hípica.
Cuatro veces olímpico
Consiguió una beca de la Real Federación Hípica Española y ya instalado en Madrid fue destacando poco a poco en concursos internacionales como los de Jerez de la Frontera, Madrid, Barcelona o La Baule (Francia). En 1984 viviría sus primeros Juegos Olímpicos en Los Ángeles como parte del equipo nacional olímpico de saltos, al que asistió con un caballo alemán propiedad de Luis Álvarez Cervera y Enrique Sarasola. Quedó en décima posición en la prueba individual y séptimo por equipos. A partir de ahí llegaron unos cuantos triunfos: en el Campeonato de España, en la Copa de las Naciones de París (quedó sexto) y Dormund (quedó quinto). Un año después de sus primeros Juegos, se instaló en Alemania contratado por Paul Schockemöhle –campeón de Europa de saltos varios años– para montar caballos de su propiedad en concursos internacionales de Inglaterra, Francia, Alemania y Holanda.
A su regreso a España continuó concursando a nivel nacional e internacionaly al declararse la peste equina en nuestro país tuvo que marcharse una temporada a Biarritz (Francia) y Lieja (Bélgica). En 1988 participó en los Juegos de Seúl, donde fue eliminado en la primera ronda clasificatoria por un problema de su caballo. Pero en su cabeza, Luis ya tenía los Juegos de Barcelona 92 y entrenó duro en España, América y Holanda para llegar en plena forma. En ese tiempo ganó diferentes torneos en España y fuera de nuestras fronteras. Fue seleccionado para Barcelona 92 tras una grave fractura de húmero tras un accidente de coche en Galicia. Terminó cuarto por equipos junto a Luis Álvarez Cervera, Enrique Sarasola y Pedro Sánchez Alemán, y en el puesto número 19 de forma individual.
En el año 2000 llegaron sus cuartos Juegos, los de Sidney, al sustituir a su amigo Juan Antonio de Witt, que se había lesionado. No tuvo mucha suerte y quedó en el puesto 64. A partir de entonces, ya cumplidos los 40, Luis Astolfi siguió compitiendo aunque a menor nivel y dedicó gran parte de su tiempo a la faceta empresarial siempre vinculada al mundo del caballo. En 2009 fue subcampeón de España y en 2018 compitió por última vez en Valkenswaard (Holanda). Desde entonces, solo se le ha visto en eventos nacionales y dedica gran parte de su vida a preparar caballos jóvenes. En la actualidad vive en Sevilla, aunque pasa algunas temporadas en Polonia, es criador y promotor de concursos e imparte cursos de equitación en toda España y en el extranjero, además de hacer de intermediario en la compraventa de caballos y colaborar como técnico de la Real Federación Hípica Española, siendo un referente para los jóvenes jinetes.
Dos décadas de matrimonio y dos hijos
Después de que lo relacionaran con doña Elena, Luis Astolfi quiso siempre estar en un segundo plano y que se le conociera únicamente por su faceta como jinete. Nunca le han gustado las cámaras ni ser el centro de atención de los medios, algo que parece que fue el motivo de su separación de la hija de don Juan Carlos. En 1990, apenas un año después, Luis se casó con Isabel Flórez, a la que conocía desde que eran niños y con la que vivió en Holanda durante el tiempo que él tuvo que entrenar allí. “Yo salía con un chico cuando era muy jovencita y él siempre bromeaba y me decía: ‘Bueno, ¿cuándo vas a dejar a tu novio?’. A los diecinueve volví a estar libre y a los veintitantos empezamos a salir juntos”, comentaba Isabel en una entrevista hace más de 15 años en Sevilla Press.
Isabel es una empresaria sevillana. En 1994 abrió en la capital hispalense junto a una amiga la tienda de zapatos Caballito azul (tenían dos tiendas), llamada así en homenaje al mundo de su marido. En ese entonces ella, que prefería el golf a montar a caballo, y Luis ya habían tenido a su primer hijo, Luis, y según cuenta en la web de la marca se lanzó a montar este negocio porque no encontraba zapatos que le gustaran para el niño en su ciudad. Además de Luis, que hoy tiene 25 años y sigue los pasos de su padre en el mundo del caballo (con doce años ya competía), la pareja tuvo otra hija, Marina, que hoy tiene 22 años y también es una gran aficionada a la hípica. El matrimonio se separó en 2012 de una forma discreta.
Su sobrina Tita, entre la política y el Derecho
Los que conocen a Luis Astolfi hablan sobre todo de su carácter extrovertido y algo nómada debida a sus continuos viajes desde que era muy joven, y de su extremada discreción con su vida privada. Uno de sus hermanos es Juan Astolfi Pérez de Guzmán, reputado dentista en Sevilla y padre de Tita Astolfi, quizá la más conocida, después de Luis, de la familia. Teresa, o Tita, estuvo casada con el también jinete Gigi Sarasola, un matrimonio que apenas duró 20 meses. Hizo sus pinitos como modelo, estudió Derecho y se formó después en la Escuela Diplomática de España e hizo un Programa de Liderazgo para la Gestión Pública en el IESE así como un postgrado en Liderazgo para la Competitividad Global en la Universidad de Georgetown.
Ejerció como abogada, pero su sueño siempre fue dedicarse a la política. Tras una buena trayectoria en el sector de las Relaciones Internacionales, en 2015 era fichada por Méndez de Vigo como directora adjunta del Gabinete del Ministro de Educación, Cultura y Deporte donde se encargó de las relaciones internacionales del mismo. Algo más de año y medio después, Tita pasaba a ser directora de Gabinete del portavoz del PP y Asuntos Exteriores en el Congreso de los Diputados, cargo que ostentó hasta mayo de 2019. En 2015 fue en el puesto número 10 en las listas del PP por la provincia de Sevilla, candidatura liderada por Juan Manuel Moreno y cuyas elecciones ganó Susana Díaz, del PSOE. Hoy Teresa Astolfi es consultora sobre diplomacia pública, relaciones internacionales y liderazgo y está trabajando en la implementación de un programa de liderazgo para jóvenes globales en España. Además, Astolfi es directora de Relaciones Internacionales de la Asociación Women in a Legal World.
En julio del año pasado, Tita se casó con Fernando Mora-Figueroa en la más estricta intimidad en Vejer de la Frontera. Él pertenece a una de las 100 familias más adineradas de nuestro país y una de las más conocidas de Andalucía, con propiedades como el Palacio Domecq en Jerez de la Frontera o el Santa María Polo Club de Sotogrande. La familia materna de Fernando, los Goizueta, fueron los fundadores de la urbanización de lujo Guadalmina de Marbella, y cuando Felipe VI aún era príncipe de Asturias fueron quienes le presentaron a la noruega Eva Sannum.
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Blanca, su sobrina diseñadora de moda
Otra de las sobrinas de Luis, Blanca Astolfi Gayán, de 30 años, es diseñadora de moda. Es la hija del ganadero taurino Jerónimo Astolfi y cuenta entre sus amistades con otras jóvenes de alta sociedad andaluza como Claudia Osborne, hija menor de Bertín Osborne, Teresa Baca o los Medina Abascal. Estudió Arquitectura y vivió un tiempo en Nueva York hasta llevar a cabo su gran sueño: tener su propia marca de moda. La hija de Jorge Moragas, Cala, protagoniza las imágenes de su última colección.
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