Sí, esa película clásica que adoras es racista (y puedes seguir disfrutándola, pero con perspectiva)

Eran otros tiempos y lo sabemos, pero hay que asumirlo: muchas de las películas que hemos visto (y disfrutado) a lo largo de nuestra vida son profundamente racistas y ahora, con la ola de protestas por el asesinato de George Floyd, lo tenemos más claro que nunca. Te contamos el lado oscuro de Lo que el viento se llevó, El nacimiento de una nación, Dumbo, Friends, Star Wars y hasta El libro de la selva… entre otras películas muy queridas.

En ocasiones, es algo que está a la vista, como en Lo que el viento se llevó, una película que pinta a los negros bajo dos luces únicas: o sirvientes de lealtad perruna o malvados depredadores. En su momento, la película fue un triunfo agridulce para la comunidad afroamericana. Gracias a su papel de Mammy, Hattie McDonald se convirtió en la primera persona negra en ganar un Oscar, pero el estereotipo que interpretaba enfadó a muchos activistas, y más cuando el hotel donde se celebraba el premio se negó a dejar entrar a personas de color y cedió finalmente… reservando una mesa para que Hattie y su marido cenaran a solas, sin mezclarse con el resto de los invitados.

HBO Max acaba de anunciar que retira Lo que el viento se llevó de su catálogo, aunque la volverá a subir acompañada de una explicación sobre el contexto histórico, tanto de la guerra civil americana como de la época en que se rodó la película.

Algo parecido ha hecho Disney con algunas de sus películas clásicas, que están en la plataforma Disney+ con una advertencia: “Este programa se presenta tal y como fue creado originalmente. Puede contener retratos culturales anticuados”. Por ejemplo, los cuervos de Dumbo representan el estereotipo de afroamericano perezoso y semicriminal, que, para más inri, se conoce en Estados Unidos como Jim Crow (cuervo).

El rey león, El libro de la selva y otros cuentos con racismo

También hay caricaturas afroamericanas en El libro de la selva (el rey Louie) o El rey león (las hienas), y de otras etnias en La dama y el vagabundo (los gatos siameses, asiáticos), Aladdin (árabes) o Peter Pan (nativos americanos). De hecho, la película más racista de la factoría es Canción del sur, que Disney retiró del mercado hace años y de la que solo queda un mínimo rastro musical: el tema central de la cinta, Zip a Dee Doo Daah, que aún puede oírse en la atracción Splash Mountain de los parques temáticos de la casa.

Naturalmente, Disney no era más racista que otras productoras del momento. Centauros del desierto, con una mirada actual, resulta espeluznante, casi tanto como El nacimiento de una nación (atención a los simpáticos activistas del Ku Kux Klan). Por no hablar de las muchas veces en que estrellas de Hollywood encarnaban a personajes de otras etnias con total naturalidad, como fue el caso de Mickey Rooney (un iracundo japonés en Desayuno con diamantes), el Marlon Brando hispano de Viva Zapata o Katharine Hepburn como una seductora campesina china en Estirpe de dragón. Esta práctica se conoce con el nombre de white washing.

Y no hay que remontarse tan atrás para encontrar sesgo racial en las películas. En su momento, el personaje de Jar-Jar Binks en Star Wars ya fue recibido como una parodia de los estereotipos afroamericanos, y El último samurái, de Tom Cruise, como una muestra más del tipo de guion más ofensivo que existe: el white savior, en el que un personaje caucásico se adentra en una cultura diferente y acaba convirtiéndose en su salvador.

En una nota menos épica y más reciente; Marta Kauffman, cocreadora de Friends, se acaba de disculpar por la escasa diversidad que presentaba la popular serie, y asegura que en la actualidad habría tomado decisiones diferentes. Y no es la única que quiere tomar conciencia sobre privilegios, sesgos y estereotipos, como demuestra el hecho de que Criadas y señoras, una película sobre el racismo doméstico en todas sus formas, se haya convertido en la película más vista de Netflix en los últimos días (aunque algunas de sus protagonistas, como Viola Davis, no estén de acuerdo con el mensaje que arroja la cinta). El conocimiento, dicen, es el primer paso.

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