Sospechoso de asesinato; \u2018Elif\u2019

QUÉ HA PASADO

• Arzu y Selim prometen destruirse mutuamente.

• Aysel no supera su trauma por los maltratos de Kazim.

• Murat sufre una nueva desilusión amorosa.

Melek inicia una nueva jornada de trabajo. Cuando entra al taller de costura para empezar sus labores, se topa con una desagradable sorpresa: su compañera Yildiz está tirada en el suelo, muerta, y con una herida en el abdomen. Cevahir aparece en ese momento y culpa Yusuf del ataque: “Ellos discutieron hace unos días y ahora es brutalmente asesinada. Estoy seguro de que ese tipo es un malnacido y un criminal”.

Elif, algo dubitativa, apoya la versión del jefe de su madre y confiesa que vio al librero meter un arma en la caja fuerte de su establecimiento: “Yo estaba escondida cerca y él parecía muy nervioso. Tenía una pistola en la mano. La verdad es que me asusté”. Su progenitora llama a la policía y el presunto culpable es detenido.

Horas más tarde, el sospechoso de asesinato es interrogado por un policía en comisaría. Aunque niega ser el autor del delito, evita contarle de dónde ha sacado el revólver. Está intentando proteger a alguien.

Los planes de Serdar quedan al descubierto

Lejos de allí, Arzu y Erkut vuelven a reunirse en un parque y charlan sobre sus planes, con tan mala suerte que Asuman los encuentra mientras pasea por la calle. La mujer se muere de celos y minutos más tarde, ya en su casa, le echa en cara a su marido que la engañe: “Me dijiste que tu amistad con esa loca había terminado para siempre y ahora os veo a los dos más juntos que nunca. No lo consentiré”. Acto seguido se marcha a la mansión de Gonca y le revela que Serdar es quien está detrás de la creación de la empresa Doruklar y que su único fin es atormentar a los Emiroglu. Por si fuera poco, le hace saber que su esposo tiene más contacto con su expareja de la que ella se imagina. La mujer se niega a creer en las barbaridades que cuenta la visitante.

No obstante, después de que esta se marche, decide llamar a un investigador privado para salir finalmente de todas sus dudas. Por otro lado, Selim y su esposa mantienen una conversación en el jardín. Lo que parece una charla distendida termina convirtiéndose en una discusión cuando ella le plantea la posibilidad de ponerse a trabajar.

“Debemos aumentar los ingresos si queremos salvar el negocio y con lo que gano dando clases particulares no nos da para nada. Estamos a punto de caer en la ruina y todos debemos arrimar el hombro”, asegura la chica. Él se muestra reacio a aceptar la propuesta, ya que siente que el deber de sacar la economía familia a flote es suyo y de nadie más: “No voy a permitir que comiences en un nuevo empleo, bastante te has esforzado ya. Lo que quiero es que descanses y seas muy feliz”.

Ajena a la pequeña disputa entre su vástago y su nuera, Aliye decide vender las joyas que tiene para conseguir algo de dinero en efectivo. No se imagina que tan preciados accesorios pueden correr peligro por culpa de Aysel.

El marido de la recién llegada, Kazim, está chantajeándola para que robe los objetos de valor que encuentre en la mansión. “Si no haces lo que te ordeno, le diré a tus padres que me has abandonado. Ya sabes la vergüenza que supondría para ellos, podrían morir del disgusto”, dice tajantemente. La muchacha no tiene más remedio que acceder ante tales amenazas. Le duele pensar que debe traicionar a aquellos que realmente la ayudaron a salir del infierno de los malos tratos de su cónyuge.

En otra parte de la ciudad, Veysel sigue adelante con su negocio de venta de ropa ambulante con mucha ilusión. Quien no se muestra tan contento es Murat, que desde que supo que la desconocida de la que se había enamorado tenía novio está en las nubes. Su actitud provoca problemas en el trabajo y su progenitor, para darle una lección de responsabilidad, lo obliga a recolocar todas las prendas de la furgoneta.

Tras cumplir con el mandato, el joven llega a casa y se encuentra con su exnovia Feride, quien ha venido a visitarles tras terminar la universidad. Ambos se emocionan al verse y también se dan cuenta de cómo han cambiado sus vidas.

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