El mundo del ocio y de la cultura está siendo uno de los más perjudicados por la pandemia. Especialmente la industria del cine, que después de hacer inversiones millonarias para rodar películas con las que alimentar la cartelera, se ha visto obligada a reinventar su modelo de negocio. Especialmente en el caso de Disney, uno de los estudios más poderosos de Hollywood, que en lugar de retrasar sus títulos más esperados hasta nueva orden, como ya están haciendo la mayoría, ha preferido estrenarlos directamente en su plataforma doméstica Disney+ para que todo quede en casa.
La primera prueba la hizo a principios de septiembre con Mulan, la adaptación a imagen real del clásico de animación de los 90, que ofreció por streaming a cambio de pagar un suplemento de 21,99 euros. Y aunque fueron muchos los suscriptores que decidieron abonar esa cantidad a cambio de disfrutar en casa de la película, el éxito no fue ni de lejos el que habría tenido de haber llegado a los cines. Muestra de ello es que hoy, un mes después, nadie se acuerda de su existencia.
Que este modelo fracasara fue recibido con alegría por las salas de exhibición, que temen, y con razón, que si este modelo triunfa tengan que cerrar muchas de ellas. Que sí, que todavía llegan estrenos cada semana a la cartelera, pero la mayoría son pequeñas películas independientes que no recaudan lo necesario para mantener abiertos los cines. Y eso que está demostrado que, en el campo del ocio, esta es una de las actividades más seguras que podemos disfrutar.
Pero la alegría ha durado poco para los exhibidores, que hoy se han levantado con la noticia de que el siguiente gran estreno programado de Disney, ese con el que esperaban agotar las entradas de todas las sesiones, tampoco llegará a los cines. Y lo que es peor: esta vez ni siquiera los que quieran verla tendrán que pagar un suplemento, ya que estará disponible gratis para todos los suscriptores de Disney+.
Hablamos de Soul, la nueva película de animación de Pixar sobre un profesor de música que sueña con convertirse en una estrella del jazz pero que, justo cuando va a cumplir su sueño, tiene un accidente que provoca que su alma acabe separada de su cuerpo. Una cinta que en teoría sigue la estela emotiva de títulos como Coco, Del revés o Up que siempre se disfrutan más como experiencia colectiva que viéndola cada uno sentado en el sofá de su casa.
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Según explica la compañía, en lugar de estrenarla el próximo 20 de noviembre como estaba previsto, finalmente han decidido que lo mejor es hacerlo el 25 de diciembre, en plena Navidad, con la esperanza de que ahora que será ‘gratis’ sean millones de personas en todo el mundo las que aprovechen la ocasión para pasar una tarde en familia delante del televisor.
Desde luego, una apuesta segura para Disney pero una gran pérdida para las salas, que ya se preguntan si los grandes estudios han caído en la cuenta de que, si siguen así, cuando la pandemia acabe y quieran retomar el modelo de negocio tradicional es bastante posible que no quede ninguna gran sala de cine abierta. El clásico pan para hoy y hambre para mañana, vamos.
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