Taping: la técnica de acupuntura que puedes hacerte tú misma y te llenará de energía

De los beneficios de la acupuntura clásica se ha hablado tanto que no es extraño que le hayan salido “hermanas pequeñas”. Por eso te queremos presentar las bondades de una de sus variantes más modernas, el taping, también llamado acupuntura psicológica o técnica de liberación emocional. Su capacidad para hacer que se despierten nuestros sentidos le ha valido que le dediquen un capítulo en el libro 50 ejercicios para potenciar la vitalidad (Ed. Cinco tintas) y es que, según su autor, aplicar presión con la yema de nuestros dedos en determinados puntos de nuestro cuerpo es suficiente para despertar el flujo de energía que recorre nuestro organismo. ¿Lo probamos?

Cómo hacer taping para recuperar la energía perdida

En ocasiones las preocupaciones que rondan por nuestra cabeza se convierten en un verdadero vampiro de energía. Para restaurar el equilibrio y no perder las fuerzas en un discurso interior negativo, Oliver Luke recomienda cortar por lo sano y hacer una sesión diaria de taping.

Para ello, céntrate por un momento en el problema que te está molestando y resúmelo mentalmente en una sola frase. Respira hondo y de forma calmada y dila en voz alta. Ahora, recita la frase, manteniendo una respiración profunda y golpea con suavidad ocho veces cada uno de los ocho puntos energéticos que están distribuidos por todo tu cuerpo. Esos puntos se localizan en la parte superior de la cabeza (justo en la coronilla); el extremo interior de las cejas; justo debajo de los ojos; en la zona superior del labio, entre el labio y la nariz; en el mentón; en las clavículas; en los costados y debajo de las axilas.

Tras una primera ronda de taping valora la intensidad con la que sientes que el problema te agobia en este momento. ¿Ha disminuido? Si te sirve de ayuda valora tu estado de ánimo poniéndolo en una escala del 0 al 10 siendo el 0 el valor más bajo de agobio. El objetivo es que al oír el “mantra” de tu problema la intensidad de la reacción que te provoca el mismo vaya descendiendo por esa escala. Si no lo consigues a la primera, repite el proceso de activar los puntos de energía. En cuanto seas capaz de romper el círculo vicioso que el problema había formado en tu mente notarás cómo la energía vuelve a ti.

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