Júpiter y Saturno se han alineado en el cielo hasta formar la Estrella de Belén, un acontecimiento astronómico de una hora de duración que ha sido retransmitido online por observatorios de todo el mundo. Este espectáculo no se veía desde 1623 y no se volverá a ver hasta el año 2080, aunque ambos planetas seguirán varias semanas excepcionalmente cerca y, lo que es más curioso, lo harán en el signo de Acuario, algo que lleva más de 2.000 años sin suceder. Por este motivo, la astrología se ha revolucionado más que la astronomía: esta conjunción marca el inicio de la famosa era de Acuario, un tiempo que anuncia cambios masivos y muy trascendentales en la conciencia colectiva de la humanidad, algo así como un gran despertar.
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Lo cantaba Raphael en su mítica canción en inglés de Linares ‘Aquarius’: «Harmony and understanding. Sympathy and trust abounding». O sea: Armonía y comprensión. Simpatía y confianza por doquier”. Resume muy bien la utopía que quiso hacer realidad la cultura hippy de los 60 y que ha llegado hasta hoy concentrada en el lema «paz y amor».
La era de Acuario nos trae, siempre dentro del universo de la astrología, un desplazamiento del foco de interés de las sociedades, de lo económico, financiero y empresarial a lo humanitario y comunitario. Pasamos de la era de Capricornio y su elemento tierra, una fase activa desde 1800, a esta nueva era del elemento aire que viviremos hasta 2200. «El hombre del traje y la corbata dejará de estar en el centro»; explica Jessica Adams, la astróloga británica que predijo la aparición de la covid 19. «El futuro pertenece a la gente de la calle. Especialmente a las mujeres y las minorías».
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Las astrólogas más influyentes y también sus microréplicas en Instagram insisten en que debemos esperar revoluciones sociales más o menos impactantes que van a tener que ver con cuestiones humanitarias y un nuevo énfasis en la construcción de comunidad, con ciertos avances tecnológicos de fondo. Júpiter tiene ascendiente sobre el crecimiento, la filosofía y los conocimientos superiores, mientras que Saturno rige las estructuras, las normas y las lecciones de vida. Están considerados los únicos planetas ‘sociales’ por los astrólogos, con lo que su influencia se adivina global.
Creyentes o no creyentes, el relato que desde este sector de la futurología trata de viralizarse resulta conmovedor y hasta deseable. De hecho, la insistencia es siempre la carta en la manga de las artes de la adivinación, cada vez más entendidas como una manera de producir el futuro y menos como un avance de lo que sucederá solo para iniciados.
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Para algunos futurólogos, en realidad llevamos viviendo la era de Acuario desde el principio de la cristiandad (alrededor del 300 d.C.). La poderosa astróloga Susan Miller lo sostiene así, pero confirma que a partir de 2021 «habrá mucha innovación, pues será el florecimiento de la era de Acuario«. De hecho, ha explicado que cada vez que Júpiter y Saturno se han encontrado a lo largo de los últimos 200 años, salvo en una excepción, lo han hecho en un signo de tierra, y esta vez se encontrarán en un signo de aire. «Acuario es el signo humanitario; veremos a gente ayudando a otros a gran escala», insiste. Algo es innegable: si todos los horóscopos, astrólogos, tarotistas y adivinos del mundo se alían para contar este mismo relato, ¿qué puede ocurrir si nos lo creemos?
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