La invocaba Jessa Crispin en su imprescindible El complot de las damas muertas (Alpha Decay), suerte de híbrido entre la crónica personal, el libro de viajes y la reconstrucción de vidas de mujeres clave en la historia oculta de la literatura. Hablaba, apasionadamente, de las más de 1.000 páginas de su Cordero negro, halcón gris, a la vez también cuaderno de viaje, periodismo, historia y dilema filosófico, como de “una verdadera obra de arte”, pero eso no impedía que Rebecca West, la escritora invocada en cuestión, periodista, crítica, cronista, reconocida feminista inglesa nacida a finales del XIX —cuando todo estaba, aún más si cabe, por hacer— siguiese siendo un misterio.
‘La familia Aubrey’
¿Por qué era un misterio? Porque ¿acaso había libros suyos en las librerías? ¿Sabíamos de los cientos, puede que miles, de artículos que publicó? Por no saber, ni siquiera sabíamos que se lió, pero nunca se casó, con H. G. Wells, el tipo de La guerra de los mundos, y que tuvieron un hijo, pero que lo crio ella sola —lo que no solo no le facilitó las cosas, sino que las empeoró con todo tipo de insultos ridículos—, ni que su nombre no era Rebecca West sino Cecily Isabel Fairfield y que de niña había sido francamente pobre. En cualquier caso, parece que todo eso está por solucionarse puesto que este mes llega a las librerías La familia Aubrey (Seix Barral), tríptico de novelas sobre una excéntrica familia —la suya propia— con madre expianista y padre vendedor de muebles y escritor que intentan mantener a flote a sus tres hijas —dos de ellas, gemelas y niñas prodigio— y al pequeño y torpe Richard. Esperemos que sea el principio del fin del misterio West. Cuanto menos, vamos a poder acercarnos a su loca, y siempre al borde de la ruina, infancia.
‘Lo que no es tuyo no es tuyo’
Lo que hace Helen Oyeyemi, joven autora londinense de origen nigeriano, es formar, con pedazos de terribles cuentos de hadas, sus propios cuentos de hadas en forma de novelas, a ratos tan macabras como El señor Fox y tan desopilantes y tristes a la vez como Boy, Snow, Bird. En este libro se estrena en el relato con una colección que le debe mucho a Angela Carter y a Barbara Comyns, y en la que hay escuelas de marionetas, un místico diario íntimo y un jardín oculto en Barcelona.
‘Tony Takitani’
Este relato condensa el espíritu de la obra de Haruki Murakami, es decir, chico solitario y atormentado con un pasado musical —en este caso, el padre es trompetista de jazz— conoce a chica también solitaria pero menos atormentada —en este caso, empleada de una editorial y algo obsesionada con los vestidos—, se enamora perdidamente y trata de acercarse a ella. Si se publica de forma autónoma, es porque es su cuento más famoso. El director de culto nipón Jun Ichikawa lo llevó al cine en 2004.
‘Bienvenida a casa’
He aquí lo último que va publicarse de la escritora Lucia Berlin que fue cientos de cosas mientras seguía siendo escritora —recepcionista de hospital, mujer de la limpieza, enfermera—, que cargó con cuatro hijos y sobrevivió a un puñado de relaciones malditas y a un alcoholismo feroz mientras no dejaba nunca de escribir. Textos autobiográficos inéditos, en los que andaba trabajando justo antes de morir, pero también cartas y una pequeña colección de fotos que pretenden completar el puzle de la autora del celebérrimo Manual para mujeres de la limpieza.
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