Usos del AOVE: errores que estás cometiendo sin saberlo

Pocos son más saludables que el aceite de oliva virgen extra: es una grasa de origen vegetal rica en polifenoles, vitamina E, Omega 3 y ácidos grasos poliinsaturados esenciales. Lo que lo convierte en el aliño perfecto, aunque este no es el único en la lista de usos del AOVE: también se puede utilizar para cocinar e incluso en cosmética.

España presume de ser un país privilegiado por su fácil acceso al aceite de oliva virgen extra, por lo que no hay excusa para utilizarlo en nuestro día a día. ¿Pero lo usamos bien? Los expertos de Palacio de Los Olivos, expertos en AOVE de calidad, nos han desvelado algunos errores que cometermos a la hora de consumirlo.

1. Dejar la botella de AOVE abierta mientras cocinas

Un gesto del que seguro que no eres consciente, pero que afecta directamente a la calidad del aceite. «El aroma y el sabor del AOVE se altera por una mala conservación», nos explican. «Es comun dejar las botellas abiertas en la mesa mientras se utilizan, lo que puede hacer que se oxide al entrar en contacto directo con el aire. También es un error dejar la botella expuesta a la luz solar o cerca de fuentes de calor».

La mejor manera de conservar una botella de AOVE sería guardándola en un lugar fresco, seco y sin luz. ¿Te has preguntado alguna vez por qué muchas el packaging de muchas botellas de aceite de oliva es de color negro? El motivo es que se conserva mejor en un envase oscuro que uno transparente.

2. Desmontando mitos: sí se puede freír con AOVE

Está claro que freír no es la manera más saludable de cocinar. Es preferible cocer, hervir, hacer a la plancha u hornear los alimentos, pero si decidimos freírlos en alguna ocasión especial, lo ideal sería hacerlo con AOVE, ya que es el aceite más saludable. Sin embargo tendemos a utilizar el de girasol (que es un aceite refinado) porque creemos que alterará menos el sabor de los platos. Pero es un gran error.

«Freír el AOVE no lo convierte en nocivo», nos cuentan. «El aceite de oliva virgen extra resiste mejor el proceso de fritura que el aceite de oliva refinado u otros aceites vegetales. Esto es porque contiene grandes cantidades de antioxidantes«. Eso sí, hay que tener en cuenta que el AOVE, a altas temperaturas, pierde bastantes propiedades.

3. No todos los AOVE son iguales

Depende, sobre todo, de las aceitunas con la que se hayan elaborado. «Las cuatro variedades de aceituna más conocidas en España son Picual, Hojiblanca, Arbequina y Cornicabra», explican los expertos. «Cada aceituna aporta unas caracteristicas únicas y por la forma de producirlo, puede resultar más o menos aromático, sabroso y nutritivo. Dependiendo de lo que se vaya a cocinar, se puede elegir entre aceites más intensos y otros más suaves, más picantes y más o menos amargos».

Por ejemplo, para aliñar ensaladas o recetas en crudo como salsas o marinados de pescados o carnes, se recomienda el Hojiblanca, por su sabor a hierba fresca. El Arbequina en cambio es ideal para repostería gracias a su aroma afrutado.

4. Abusar del consume de AOVE

Sí, es una grasa saludable, pero también hay que tener en cuenta que es altamente calórico: contiene unas nueve calorías por cada gramo. Y si abusamos de su consumo no estaremos disfrutando de sus cualidades, sino aumentando nuestra ingesta energética en vano. ¿Lo ideal? No sobrepasar las dos cucharadas de AOVE al día por persona, aproximadamente. Entre 37 y 40 gramos como mucho. Y eso incluye tanto la cantidad que utilizamos como aliño que la que empleamos para cocinar alimentos.

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