Valeria Aresti, de matemática a galerista: hablamos con el nuevo rostro del arte en Madrid

Iba para matemática, pero terminó trabajando en lo que más le gustaba hacer de niña: perderse entre pinturas y dibujos. Valeria Aresti es la fundadora de la galería Fahrenheit Madrid, ubicada en el madrileño barrio de Justicia y que trata de abrirse paso en el complicado mundo del arte. Es hija de Álvaro Aresti, directivo durante décadas de BBVA y desde 2019 al frente de Distrito Castellana Norte, la empresa que gestiona el macroproyecto inmobiliario conocido como Operación Chamartín, y de Patricia López Granados, hija de Enrique López Contreras, el que fuera presidente de Honor de Single Home y de Finca Cortesin. Su hermano es el galerista Javier López Granados y Valeria, una mujer que no para.

Tras formarse y trabajar en Nueva York y Londres,decidió ‘volver a casa’ y fue en 2019 cuando se lanzó al mundo empresarial abriendo su propia galería. En Vanity Fair hemos hablado con ella entre un viaje a la ciudad de los rascacielos, la organización de una nueva exposición en su galería (que inauguraron el pasado 19 de mayo bajo el título Some Other Sunset) y la llegada de su primer hijo.

Valeria Aresti en su galería de arte en la calle Justiniano 8.

Valeria, ¿qué es para ti el arte?
Un lenguaje universal. Los artistas representan ‘su realidad’ o ‘su verdad’ y la expresan a través de su obra. El arte perdura y es un relato. El arte estimula los sentidos. ¡La imaginación del artista es infinita! La parte más atractiva de mi trabajo es mi relación con ellos. Son la gente más interesante que conozco, me divierte todo entender sus inquietudes, aspiraciones y tensiones.

¿De dónde te viene esa pasión que has convertido en tu profesión?
Yo creo que parte es innata y el resto se va cultivando a lo largo de tu vida. Mi abuelo siempre nos dibujaba cuando era pequeña. Le seguimos llamando “Pintor”.

Tengo entendido que empezaste a estudiar Matemáticas, ¿cómo fue el salto a Historia del Arte?
La pregunta es, ¿qué hacía estudiando Matemáticas? (risas) La carrera la hice en Fordham University, la acabé y me di cuenta de que eso no me llenaba. Allí tuve suerte de poder inscribirme en una clase de Historia del Arte y me di cuenta de que era lo que realmente quería. No dude en cambiar de barco. También terminé allí Historia del Arte. Más tarde, hice un master en Arte Contemporáneo en Sotheby’s NYC.

¿Qué te dijeron tus padres cuando les dijiste que cambiabas Matemáticas por el Arte?
“¡Ánimo!”. Es una suerte poder darte cuenta a tiempo de lo que te gusta, y ser valiente y dar el salto. Luego te implicas, sufres y disfrutas haciendo de tu pasión tu forma y medio de vida.

"Después de muchos años fuera, tenía ganas de volver a España"

¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo del arte?
Hice varias prácticas en Nueva York: casas de subastas, Christie’s, ferias de arte, Frieze, Armory y en la galería de David Zwirner. Más tarde empecé a trabajar en la galería de James Cohan (NYC), lo que me permitió estar en contacto permanente con galeristas y artistas. Después trabajé en Gagosian en Londres, donde tuve ocasión de trabajar con artistas de la talla de Damian Hirst.

¿Cómo y cuándo surgió la creación de Fahrenheit?
En 2018, mientras vivía en Londres y trabajaba en Gagosian. Llevaba muchos años fuera y ya tenía ganas de volver a España. Decidí que era el momento de abrir un espacio. Al principio, tenía un vértigo horroroso, ¡me daba mucho miedo lanzarme!

¿Cuál es el leitmotiv de Fahrenheit?
Ser un auténtico ‘insider’ de la escena neoyorkina; artistas emergentes internacionales que hay que tener en el radar y apostar por ellos.

Estáis especializados en artistas mujeres, ¿por qué?
Los programas de las galerías hablan de los intereses y afinidades de las personas que están detrás. Son muy personales. Es como una biblioteca.

Fahrenheit Madrid nació a finales de 2019.

"Este año hemos sobrevivido ¡con mucho arte!"

Justo la galería nació a finales de 2019 y en 2020 llegó la pandemia, ¿cómo os ha afectado este último año en el que todo ha cambiado?
¡La galería sobrevive con ‘mucho arte’! (risas) Ha sido un año complicado para todos. El reto ahora es sobrevivir hasta recuperar la normalidad. Hacemos varias aperturas por exposición. Los grupos son más reducidos, lo que permite que los encuentros con el arte sean más cercanos. También hemos jugado con la flexibilidad del programa y hemos adaptado las exposiciones. Tuvimos la gran suerte de poder traer obra producida durante la pandemia y que responde a un nuevo contexto.

¿Qué lugar ocupa el mundo del arte ante lo que estamos viviendo?
¡Un lugar muy importante! El mundo de la cultura, es decir cómo responden los artistas, determinará cómo recordaremos la pandemia – el impacto social, económico y político de este momento en la historia.

Fahrenheit es un espacio para el arte emergente neoyorquino, ¿qué une a Madrid y Nueva York?
La verdad es que son ciudades muy distintas. Vivimos en mundo globalizado y el intercambio cultural es fundamental para el enriquecimiento de la sociedad. Lo que nos interesa en Fahrenheit es traer artistas que expongan en Estados Unidos. Fahrenheit Madrid quiere formar parte de algo más grande que uno mismo, un enlace directo con la escena del arte contemporáneo neoyorkino, que nos permite ser uno más en el grupo de amigos de los artistas. Nace de este modo como un punto de encuentro donde rodearse de las tendencias artísticas en el extranjero y la misión es concentrar en Madrid una muestra del verdadero espíritu de nuestro tiempo.

¿Qué criterio sigues a la hora de elegir artistas para vuestras exposiciones?
Me tiene que apasionar la obra de un artista. Valoro tanto el proceso de ejecución como el de exploración.

¿Cómo es el amante (y comprador) de arte en España?
Discreto y reflexivo, no es impulsivo.

¿Los jóvenes de hoy sienten esa atracción por el arte?
Afortunadamente sí y creo que cada vez más. Creo que es muy importante despertar la curiosidad e interés tanto de los niños como de los jóvenes hacia el arte en nuestro sistema educativo. ¡Nosotras ahora estamos organizando talleres infantiles! Tenemos que captarlos desde peques.

Valeria Aresti mientras prepara la última exposición en su galería.

"Mi sueño es abrir un museo de arte contemporáneo"

Si tuvieras que invertir en una obra o artista, ¿cuál sería?
Cualquiera de Fahrenheit!. Ahora mismo tenemos una exposición de pintura fantástica de Heidi Hahn, tengo una conexión muy especial con ella y con su obra.

¿En qué museo o galería alrededor del mundo te gusta perderte?
La verdad, en todos. Siempre procuro ver todo lo que me da tiempo. Y cuando visito una ciudad es mi único plan, visitar galerías y museos.

¿Cuál es el sueño que te gustaría cumplir?
Crear un museo de arte contemporáneo. Soñar es gratis.

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