En 1999, Pierre Bergé permitió que el documentalista francés Olivier Meyrou grabara durante tres años la vida de Yves Saint Laurent. Estrenado en la Berlinale de 2007, Celebration alternaba escenas en blanco y negro del día a día del diseñador en su taller con otras en color de sus encuentros con algunas de sus musas y amigas personales, como la diseñadora Loulou de la Falaise, de sus desfiles en París y del trabajo que culminaría en su última colección antes de su retirada del mundo de la moda en 2002.
Pierre Bergé, cofundador de la marca y antiguo novio de Yves Saint Laurent, era por supuesto uno de los protagonistas del documental, en el que aparece retratado como guardián del temperamento que Saint Laurent necesitaba para crear. “Es como un sonámbulo. No se le debe despertar”, dice en un momento.
Poco después de pasar por la Berlinale, y a pesar de la total libertad que se le dio a Meyrou para rodarlo, Pierre Bergé comenzó una batalla legal para que el documental no volviera a exhibirse.
“A Mr. Bergé no le gustó la manera en la que quedaba retratado en la película”, explicaba el año pasado uno de los productores al New York Times. “No quería que se mostrara ese aspecto de su relación con Saint Laurent,” dijo refiriéndose a la relación paterno filial que mantenían el empresario y el diseñador en privado y que, cuando vio Paul Thomas Anderson en la pantalla, tomó de inspiración para El hilo invisible.
También quedaba retratado en el documental el fuerte temperamento de Pierre Bergé. Al final del documental, por ejemplo, se le ve cogiendo la estatuilla del premio que la CFDA le entregó a Yves Saint Laurent en 1999. “¿Lo compartes conmigo?”, le dice celoso. “¡Gracias! Supongo que parte del mérito es mío”.
Otra escena muestra su enfado al descubrir que en la placa del obelisco de la plaza de la Concordia de París, restaurado gracias a la financiación de Saint Laurent, aparecen su nombre, el del diseñador y el de la firma. “Como bien sabes, normalmente la esponsorización no me interesa demasiado. Eso se lo dejo a otros que piensan que el patrocinio es como vender una marca de detergente, con alguna Alteza Real a la que le das un bolso”, le dice al director del documental. Una clara referencia a Lady Dior, el bolso de Dior que hizo famoso la princesa Diana de Gales, algo maliciosa teniendo en cuenta que Saint Laurent también se benefició de su larga asociación con la actriz francesa Catherine Deneuve.
Pierre Bergé ganó a medias. Dado que no había firmado su permiso para autorizar la utilización de su imagen en el documental, y por más que lo hubiera promovido él, ganó la demanda y el documental quedó prohibido durante más de una década. El fallecimiento del empresario en 2017, no obstante, levantó el veto, puesto que en Francia los derechos de imagen solo se mantienen en vida, y un año después Celebration volvía a exhibirse en los cines franceses para dos años después llegar a Estados Unidos. Por desgracia ya no quedaba vivo nadie al que pudiera molestarle.
Artículo publicado en Vanity Fair el 12 de octubre de 2019 y actualizado.
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