Cuando Christine Lagarde ejerció como ministra, acudió a la apertura de una de las boutiques de Chanel. Fue en el año 2006, cuando una de las labores de Lagarde era abrir nuevos mercados para los productos franceses. Aunque la labor estaba centrada en la tecnología, quizá fue aquí donde entró en contacto más directo con Chanel. Después de aquello y unos meses antes de convertirse en directora, la primera mujer, del FMI, acudió al desfile que Chanel presentó en el Grand Palais de París. ¿Se forjaría durante estos años la duradera relación que ha unido a Christine Lagarde, la nueva presidenta del Banco Central Europeo -también es la primera vez que lo lidera una mujer-, con la maison francesa?
Quizá Lagarde siempre ha sentido fascinación por los diseños de Chanel, o quizá se interesó por la moda después de aquellos años de ministra, pero lo que es evidente es que desde que se encuentra al frente del Fondo Monetario Internacional, Lagarde ha hecho de los conjuntos de tweed el perfecto (y más envidiado) uniforme de trabajo.
No hay reunión ni lugar del mundo en el que Christine no haya lucido una de las famosas chaquetas de la firma. Esta prenda es desde luego su favorita y tiene decenas de modelos en todos los colores y combinaciones. En ocasiones, también luce el juego completo de chaqueta y falda e, incluso, en otras se ha atrevido con los abrigos.
Cuando la estética de la prenda nos hace dudar de si se trata de una de la firma Chanel, Lagarde acompaña su solapa de una gran camelia, símbolo inconfundible de la maison. Una especie de recordatorio que nos confirma que, aunque no vista de la firma, su presencia de una manera u otra está garantizada.
Christine Lagarde no es una fija de las semanas de la moda, ni mucho menos se la fotografía cada año con el director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld, como sí lo hacen todas sus musas, desde Kristen Stewart hasta el rapero Pharrell. Ni falta que le hace porque Karl Lagerfeld sabe que tiene en Lagarde a la mejor de las embajadoras mundiales. Ella transmite como nadie esa sensación de poder y elegancia que da una chaqueta de Chanel.
Su inconfundible estilo y su porte innato hacen que la mítica firma francesa siempre acuda a la mente de quien la observa. A la cena de gala que se celebró para celebrar la visita de Emmanuelle Macron en la Casa Blanca, Christine Lagarde acudió con un conjunto de falda larga y chaqueta negra, con camisa blanca y un lazo anudado a su cuello.
Su procedencia es desconocida y, sin embargo, inevitablemente todos evocamos la sombra de Lagerfeld sobrevolando ese look bicolor que tiene todos los ingredientes de la casa Chanel.
Artículo publicado en Vanity Fair el 3 de diciembre de 2018 y actualizado el 1 de noviembre de 2019.
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