Cuando hablamos de los joyeros que tienen las royals a su disposición, nuestros pensamientos van directamente a las impresionantes tiaras, collares de diamantes o los pendientes históricos con los que deslumbran cuando la ocasión lo requiere. Pero estas joyas, hay una pieza que normalmente pasa desapercibida a pesar de ser la más práctica. Nos referimos al reloj.
La reina Maria Antonieta era la clienta más especial de Breguet–la firma de alta joyería y relojería suiza–; a la reina Victoria de Inglaterra le apasionaban los modelos de pulsera de Patek Philippe; mientras que la reina Federica de Grecia prefería los de Vacheron Constantin.
Este accesorio es un imprescindible para algunas mujeres de la realeza. Hay quienes son fieles a un modelo concreto de una firma en particular; a otras les gusta llevar dos relojes en la misma muñeca; y también están aquellas que nunca se ha dejado ver con ninguno, como es el caso de la reina Letizia.
Hacemos un repaso por las royals más aficionadas a los relojes y por las historias que hay tras estas piezas, a veces, tan necesarias.
Isabel II de Inglaterra
La monarca británica es una apasionada de la relojería. Desde joven siempre se ha decantado por la firma más conocida y antigua del sector, Jaeger-LeCoultre.
El día de su coronación en 1953 escogió uno de los modelos más elegantes y discretos de la casa relojera, el Calibre 101. Es el diseño más pequeño del mundo de la industria, el mismo por el que optó para su primera apertura estatal del Parlamento como monarca en el mes de noviembre de ese mismo año.
Aunque Isabel II ha llevado infinidad de piezas de alta joyería a lo largo de su vida, con los relojes es más personal. Podría decirse que es uno de sus accesorios favoritos.
No hay día que la reina no lleve consigo su reloj de pulsera con esfera envejecida y correa de piel, tanto para asistir a una carrera de caballos como para ir a misa los domingos.
Reina Sofía de Grecia
La reina emérita de España, Sofía de Grecia, ha sido desde su juventud una gran amante de los relojes de pulsera. Pero no de cualquier modelo. Nada de metalizados ni de plata, siempre de oro y con la hebilla pequeña para que no le molestase en ningún momento.
La madre del rey Felipe VI es una mujer de costumbres, por eso nunca deja sus joyas predilectas –reloj de agujas, anillos y pulseras de oro– enpalacio cuando tiene que acudir a un evento oficial en representación de la Casa Real.
Diana de Gales
La madre de los príncipes Guillermo y Harry fue –y sigue siendo– todo un referente estilístico, sus conjuntos eran todo lo que la joven y madre moderna quería lucir en los años ochenta y noventa. Diana de Gales era una apasionada de la moda, pero también de las joyas y de las piezas de relojería.
Durante sus primeros años de casada en los ochenta, hubo un detalle muy romántico que pasó un tanto desapercibido en los partidos de Polo en los que el príncipe Carlos participaba.
Lady Di llevaba en su muñeca para estos eventos deportivos no uno, sino dos relojes de esfera redonda y clásicos de agujas. Según la edición británica de Marie Claire, la princesa comentó que uno de los relojes era suyo –el dorado metalizado– mientras que el otro –el de piel– era de su marido y que lo llevaba puesto "en honor a él y para desearle suerte".
A partir de los años noventa, sin embargo, empezó a decantarse por un estilo diferente. Optó por algunos modelos de la firma suiza Jaeger-LeCoultre, y ya solo llevó uno reloj, el suyo.
Máxima de Holanda
La reina de los Países Bajos ha demostrado su fidelidad a Cartier y a su preciado Tank, el reloj de pulsera unisex que suele lucir.
Máxima Zorreguieta ha elegido en incontables ocasiones el mismo modelo de la prestigiosa casa de relojería francesa, un diseño que ha también conquistó a Jackie Kennedy y Emmanuel Macron.
El modelo conocido como Tank Solo –valorado en 5.300€–, tiene la correa de piel de aligátor con escamas redondeadas y hebilla de oro amarillo de 18 quilates y caja de oro amarillo, también de 18 quilates, con fondo de acero y el icónico cristal de zafiro.
Esta pieza se convirtió en el emblema de la firma en los años veinte y su popularidad sigue vigente entre las nuevas generaciones.
Matilde de Bélgica
La reina consorte de Bélgica no es habitual de las grandes joyas, pero lo que nunca falla en su estilismo es su eterno reloj con pulsera metálica.
Matilde de Bélgica es fiel a una de las marcas más prestigiosas del mundo de la relojería, Rolex, la casa fundada por Hans Wilsdorf en 1905 que crea auténticas joyas en sus talleres.
El modelo favorito de la reina y por el que siempre apuesta para el día a día es uno de los emblemáticos del grupo, el clásico Lady‑Datejust hecho en oro everose con la esfera engastada en diamantes.
Una pieza que, por supuesto, no pasa desapercibida en su vestuario y que será una de las joyas sentimentales que recibirán sus hijas.
Rania de Jordania
La reina de Jordania es una de las royals más elegantes de la historia. Sus elecciones estilísticas son todo un acierto, al igual que los complementos con lo que combina sus looks.
Desdejoven, Rania adornaba su muñeca con un reloj clásico metalizado pero la revolución tecnológica ha cambiado sus costumbres.
La mujer del rey Abdalá II, seguidora de las últimas tecnologías, ha ampliado al reloj su defensa techie, de ahí que no sorprenda que, desde hace unas temporadas, en su muñeca brille un Apple Watch en oro rosa. Algo que también podría entenderse como un recuerdo nostálgico a su juventud cuando trabajó para la multinacional antes de convertirse en reina.
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