El estilo de las mujeres francesas es toda una leyenda en la moda universal. Los ensalzados looks de las parisinas, ese je ne sais quoi que hace que un estilismo básico se convierta en la fórmula más elegante o el amor más que justificado por el estilo effortless son solo algunos de los motivos que hacen que, durante años y con permiso ahora de las nórdicas, las mujeres francesas hayan sido consideradas las más estilosas del globo.
Mucho se ha debatido sobre las piezas indispensables del perfecto guardarropa de las francesas. En él, se hallarán habitualmente prendas antagonistas de las que luce Emily in Paris, e incluso más discretas que las que lleva Camille en la misma serie de Netflix. Los básicos de armario no son únicamente básicos para las francesas, son la quintaesencia de sus estilismos y solo necesitan de pequeñas pinceladas para lograr esa ansiada y característica elegancia.
La primera máxima del estilo francés consiste en apostar por básicos de lujo, prendas de alta calidad que duren toda la vida y que resistan al paso del tiempo y de las inclemencias de las tendencias de moda. En segundo lugar, no todo es el qué, sino el cómo. Es por ello que ligeros detalles como un abrigo sobre los hombros, una americana remangada o unos jeans cortados en el bajo pueden marcar la diferencia. Esto es lo que sucede con las camisas blancas.
La camisa blanca, básico innegable e inamovible de cualquier fondo de armario que se precie, puede cambiar por completo su carácter dependiendo de cómo se lleve. En este caso, las mujeres francesas (y ahora también diferentes prescriptoras de estilo internacionales) tienen claro que el truco reside en dejar unos cuantos botones desabrochados en la parte superior, creando un favorecedor escote y aumentando el aire desenfadado de los estilismos. Tanto es así que este sencillo truco ha trascendido desde Brigitte Bardot o Jane Birkin hasta Jeanne Damas o Caroline de Maigret.
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