Ha pasado lo que pocas podíamos haber predecido antes de la llegada del coronavirus: el chándal se ha convertido en el look clave de la temporada en todas las colecciones del low cost. De hecho, llevamos viendo cómo los joggers han pasado de pantalón de andar por casa, a una opción más que factible para vestir hasta en la noche. Todo es cuestión del manual de estilo del que tiramos a la hora de ponerlo en práctica. No es lo mismo atreverse a llevar joggers o sudadera a una cena o una salida nocturna, que recurrir a estas prendas tan cómodas para teletrabajar. Es en esta diferencia donde se la juegan las tiendas del low cost, condenadas a llamar la atención con estilismos completos que realcen piezas básicas concretas. Comparemos Bershka y Stradivarius.
Empecemos por la propuesta que más nos ha gustado en el low cost más urbano: la de Bershka. Juegan con una ventaja evidente: los joggers grises son siempre efectvos, pero es que además estos tiene una textura acolchada que no puede ser más bonita (19,99 euros). Le dan un tono de tendencia espectacular. La otra clave para que el estilismo funcione tan fantásticamente es el juego de materiales: la mezcla con una prenda imitación piel (35,99 euros) y botas con suela track (39,99 euros) saca el look de la casa y lo lleva a la calle. Y la paleta de color nos encanta, al igual que el crop top.
Como contrapartida, en Stradivarius hemos visto el primer gran resbalón de la temporada con el chándal, la prenda con la que más fácilmente se puede meter la pata. Su propuesta echa mano de la omnipresente sudadera, probablemente el diseño que más vas a llevar este otoño, y queriendo sacarla de su marco la combina con el único zapato que probablemente no llevaríamos jamás: unos botines cowboy. El mix es, directamente, imposible. Es cierto que la moda busca, cada vez más, los contrastes radicales, pero el trío sudadera, ciclistas y botas cowboy es un no. Hasta que alguna influencer nos demuestre lo contrario.
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