Es un castillo imponente situado en las Tierras Altas de Escocia. Según Eugenia de York, "el lugar más bonito del mundo", con toda la majestuosidad que se le supone a la residencia de verano de la familia real británica. Pero Balmoral es también el refugio de la reina Isabel II entre los meses de julio a octubre donde, dicen sus allegados, más deshinibida se siente. Una libertad que ha de enterderse en términos aristocráticos, claro. Allí se la ha podido ver disfrutar de la naturaleza en familia, conducir su Range Rover y hasta prescindir de parte del servicio y recoger los platos de la mesa, diría Tony Blair en sus memorias.
Entre algunos actos oficiales como el servicio religioso dominical en Crathie Kirk, los juegos Braemar Gathering a comienzos de septiembre y el Ghillies Ball de la tradición victoriana, hay poco más que hacer salvo aquello que más le gusta, su perfecto plan P: picnis, paseos y perros. Siempre perros. Rodeada de sus corgis, con el pañuelo a la cabeza y la gabardina verde de toda la vida, la reina lo es un poquito más cuando se baja de su tacón sensato y no sostiene su sempiterno bolsito entre las manos. Cuando marca tendencia con su ropa de campo que es a la vez un poco de pija y un poco de abuela.
© Ilustración de Mar Lorenzo (Imágenes de Getty Imagei)
Sencillamente porque el abrigo fino y guateado está asociado al vestuario tradicional de caza casi tanto como a los armarios más clásicos. Fue el preferido de las chicas que adoran los mocasines y las camisas blancas en los 90, junto con el trench y el Barbour. Y allá por los dosmiles, el husky se llevaba con pendientes de perlas.
Unas décadas más tarde, las pasarelas, alentadas por el éxito de la estética campera impulsada desde Copenhague, tomaron prestados los abrigos más típicos de Reino (Unido) y los combinaron con prendas de vanguardia que los acercaban a estilismos más deportivos. Más pragmáticos, menos elitistas y, desde luego, nada conservadores.
Bastaban unas zapatillas blancas de suela gruesa o unas botas militares, algunos tejidos técnicos y diseños modernistas cargados de detalles como las cremalleras o las capuchas de pelito para convertir el abrigo preferido de Isabel II en tendencia.
© Ilustración de Mar Lorenzo (Con imágenes de Carola de Armas, Zara, Sfera y Massimo Dutti)
Ya el año pasado cuando Alessandro Michele incluía a Isabel II entre las referencias de sus originales propuestas, otras marcas dieron su bendición a este anorak fino y acolchado de color caqui como los que la reina suele llevar bajo la gabardina en los días más fríos. Un otoño después no solo Balenciaga retomaba la propuesta con un giro más actual sino que Zara, Mango, Sfera y compañía han hecho lo propio en todos los colores y formas imaginables.
© Cortesía de Mango
El husky vuelve a ser tendencia y escuchamos el "te-lo-dije" de la reina en Balmoral desde aquí.
10 abrigos acolchados de Mango, de Zara, de Sfera, de pijas, de abuelas y de reinas.
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