En los años 90, las supermodelos eran todo. Celebrities, influencers e iconos de estilo, ellas dominaban toda la moda de aquella década y se convirtieron en auténticos mitos que han sabido mantener su legado a pesar del paso del tiempo. Naomi Campbell, Kate Moss o Cindy Crawford triunfaban son algunos de los nombres que más fuerte resonaron por aquel entonces pero, no todo eran nombres internacionales. Las españolas también despuntaron sobre las pasarelas y, entre todas ellas, hubo una que logró subirse a algunas de las pasarelas más importantes del mundo, hablamos de Esther Cañadas.
Con tan solo dieciséis años, la modelo manchega se presentó al concurso de Supermodelo en Nueva York. Lo que vino después es historia. Las firmas se la rifaban y se labró una carrera que marcaría historia tanto en la moda patria como a nivel internacional desfilando para las firmas más importantes del panorama como Gucci, Chanel, Versace, Valentino, YSL, Dolce & Gabanna o Givenchy, entre otras muchas. Pero si hubo una firma que cayó rendida totalmente a los encantos de Esther esa fue Donna Karan. La diseñadora estadounidense la eligió como su musa, haciendo que fuese imagen de la marca durante varios años.
Ahora, a sus 42 años de edad y tras una larga temporada sin subirse a la pasarela, la modelo ha demostrado que sigue teniendo madera suficiente de supermodelo y lo ha hecho desfilando para Balmain gracias a su director creativo, Olivier Rousteing, en el desfile de Balmain, el cual ha cerrado con ella luciendo un espectacular conjunto de inspiración militar, tan característica de la firma, formado por una chaqueta con adornos de pedrería y unos pantalones de terciopelo a juego.
La modelo ha demostrado así que no ha perdido las aptitudes que la elevaron como una de las top models más importantes de nuestro país y, de paso, que no la pasarela no está únicamente reservada a las modelos más jóvenes.
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