En eventos separados pero conectadas por un mismo estilo, así han comenzado la última semana de agosto Melania e Ivanka, las dos mujeres de la familia Trump.
La primera ha estado frente a la Casa Blanca en la inauguración de la exhibición Construyendo el Movimiento para celebrar el centenario de la 19º Enmienda con jóvenes artistas del país. La segunda acompañando a su padre Donald Trump a un evento de carácter social en apoyo a las familias agricultoras en Carolina del Norte y al mítin de la convención republicana.
No comparten ni armario ni estilista –Hervé Pierre es el de Melania y Caitlin Williams la de Ivanka desde 2017–, pero sus estilismos han estado más compaginados que nunca: el punto en común ha sido el estampado floral, un básico para la temporada del estío y que lucen asiduamente.
La primera dama se ha decantado por estrenar un favorecedor diseño floral en tonos naranjas y blancos de corte midi y cuello cerrado de la firma belga Dries Van Noten. Este vestido veraniego lo ha combinado con unos altísimos salones en el mismo color de su firma de zapatos predilecta, Christian Louboutin, creando así un ‘look’ atrevido y alegre que resalta su bronceado.
La hija de Trump en cambio ha optado para su viaje al sur del país por una imagen mucho más clásica. Un vestido con vuelo en la falda donde el blanco es el protagonista junto con los detalles florales en gamas azules repartidos por toda la pieza. Un diseño perfecto para un día de calor que pertenece a la marca Lela Rose, la misma que ha lucido en alguna ocasión su madrastra y Kate Middleton, y que ha complementado con un bolso de Max Mara y gafas de sol oscuras XXL.
Las dos mujeres –casi al frente– de la Casa Blanca han demostrado que este celebérrimo patrón, tendencia año tras año, es una apuesta segura para cualquier día y con el que la elegancia está más que asegurada.
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