“Zara lanza vestidos de novia” es un titular que lleva varios años sobrevolando la industria de la moda. Antes de su primera boda (en 2012, con Sergio Álvarez Moya), se rumoreó que Marta Ortega llevaría el primer vestido de novia de la marca. Si bien aquel enlace estuvo rodeado de todo el secretismo que una novia tan notoria podría mantener, la imagen de la hija de Amancio Ortega con un vestido nupcial de Zara habría sido la campaña de marketing más poderosa que un publicista habría podido soñar. Sin embargo, es conocido que la marca no hace publicidad y que la novia finalmente escogió a Narciso Rodríguez, aunque el diseño sí se confeccionó en la fábrica de Inditex de Arteixo.
Es ahora, casi diez años después, cuando Zara ha decidido lanzar su primera colección de novias y resulta inevitable recordar aquel vestido de seda, con tirantes, escote en pico y pequeños bordados que la heredera de Inditex ayudó a diseñar. Aquel fue "el resultado de una colaboración muy estrecha de Marta con su amigo personal el diseñador Narciso Rodríguez. Los dos han trabajado conjuntamente con mucha ilusión para conseguir hacer realidad la idea de Marta, un traje donde primara la sencillez", afirmaba entonces Inditex en un comunicado. Un diseño, como los que cuelgan hoy en la web de Zara, de inspiración lencera.
Quizá por aquel entonces Marta Ortega sintió aquello de que todas las novias milénicas quieren ser Carolyn Bessette, con quien Rodríguez hizo historia por primera vez no solo por vestirla en su boda con John John Kennedy en 1996, sino también por diseñarle el slip-dress más sencillo, más bonito y más deseado de todos los tiempos. Fue, también, un icono del minimalismo, ya que rompió con los voluminosos vestidos de princesa de la época e hizo aceptable (y refinada) la extrema sencillez. Quizá esas dos novias, y la certeza de que en Zara nada es casualidad (por algo es un gran ojo catalizador de tendencias), hacen pensar que detrás de los tres vestidos lenceros que vemos hoy a la venta está aquella semilla.
El último territorio por conquistar
Teniendo en cuenta que unos siete de cada diez trajes de novia fabricados en España visten a novias de todo el mundo -según datos de exportación en 2019 de las dos grandes firmas españolas del sector nupcial, Pronovias y Rosa Clará-, que nuestro país es una potencia mundial líder en calidad y diseño (con una facturación anual de 860 millones de euros en constante crecimiento hasta la pandemia, y solo adelantado por China) y que otros grandes del prêt-à-porter como H&M, Asos o Reformation han abierto el camino de los vestidos asequibles de tallaje estándar para novias sorprende que Zara aún no hubiera tocado el sector. Ahora se adentra de forma sutil, casi de puntillas, en el universo de las bodas y en lugar de lanzar una primera colección de vestidos importantes saca cuatro primeros diseños de color marfil, tres largos y uno mini. Amplía la línea con un pijama satinado, batas de seda y encaje, varias prendas de lencería (braguitas altas, un par de sujetadores, un body semitransparente y un tanga) y accesorios como diademas, pañuelos de seda, dos pares de sandalias planas o un portatrajes. El debut es prudente pero certero, inspirado en dos iconos contemporáneos de la moda como son Carolyn Bessette y Marta Ortega, y que servirá de test a los ojeadores de Inditex. El tiempo dirá si, cuando llegue la primera novia viral vestida de Zara, se abrirán una nueva etapa y un nuevo estilo de novia.
La colección
25 piezas lenceras componen la primera colección nupcial de Zara, he aquí sus prendas estrella:
79,95€.
22,95€.
49,95€.
99,95€.
99,95€.
99,95€.
25,95€.
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