Las parisinas dominan las tendencias y dicen que los vestidos hay que llevarlos con chaquetas de punto

Hace cuarenta años, la noche tenía dos capitales y dos sedes: Nueva York y París, y Studio 54 y Le Palace, respectivamente. En el enclave neoyorquino bailaban cada noche Bianca Jagger y Cher mientras al otro lado del océano y en otro uso horario hacían lo propio Jerry Hall e Yves Saint Laurent. En ambas discotecas se veían medias de rejilla, vestidos demasiado cortos y otros tantos con más potencia lumínica que la bola que colgaba del techo. Las dos andaban faltas de reglas y muy sobradas de creatividad, talento y desfase. Tanto Studio 54 como Le Palace marcaron la fiesta y la moda de la década. Hoy en París se viste diferente y se baila de forma más contenida, pero hay algo que no ha cambiado: la ciudad – con su noche y sus chicas – sigue llevando la batuta de la moda.

Jerry Hall en Le Palace, París.© Fotografía de Getty Images

El espíritu de Le Palace, que ya fue rescatado por la industria cuando sirvió de escenario a la propuesta de Gucci para primavera/verano 2019, ha vuelto a ser invocado. Esta vez ha sido Jeanne Damas quien, a través de la última colección para su marca Rouje, ha emplazado en esa pista de baile sus nuevos vestidos y chaquetas. Las piezas que conforman 'La Nuit en Rouje', entre las que destacan sus cárdigans de lúrex, hablan de flashes, de copas de champán y de reflejos de luces de neón en las lentejuelas. Hablan de chicas que beben vino, bailan en el salón de su casa y calzan zapatos de tacón sensato.

© Cortesía de Rouje; Ilustración de Mar Lorenzo Sales

Es por ello que la colección no se orienta a las más fiesteras de la sala. Tampoco a las más glamourosas y mucho menos a las extravagantes. Esta colección está dedicada a aquellas chicas que atesoran una elegancia innata que se transmite y se capta sin esfuerzo, chicas que se mueven con gracia y que no se ciñen a las tendencias de temporada que dictan que la fiesta se abriga con americanas de terciopelo negro. Precisamente por ello buscarán en Rouje lo que no encuentran en ningún otro sitio, es decir, las chaquetas de punto que mejor combinan con vestidos lenceros.

Una chaqueta color champán

© Cortesía de Rouje

Un cárdigan de manga corta (para llevar como top)

© Cortesía de Rouje

· Una chaqueta púrpura con destellos

© Cortesía de Rouje

Tendremos que fiarnos del criterio de Jeanne Damas y, por extensión, de todas las parisinas que agotarán sus prendas: los vestidos de fiesta hay que combinarlos con cárdigans de punto y cuanto más de abuela sean, mejor.

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