La aclamada casa francesa Louis Vuitton ha sorprendido a la industria con su última adquisición: el segundo diamante en bruto más grande del mundo. Una piedra de nada más y nada menos que 1.758 quilates que fue presentada por la firma en el establecimiento ubicado en la Place Vendome en París.
Bautizado como Sewelô, cuyo significado es «hallazgo raro» en la lengua natal de Botswana, lugar en el que fue encontrada, esta joya cuenta con el tamaño de una pelota de tenis (83 mm x 62 mm x 46 mm). La originalidad de su color, forma, composición y formación, nunca antes vista, hacen de esta una pieza inigualable, factores que han sido determinantes para que la maison pusiera los ojos en ella.
Se desconoce por completo cuál ha sido el precio que ha pagado Louis Vuitton para hacerse con tan deslumbrante joya, aunque sí se ha podido saber que desde la que la propia casa francesa pretenden tallar, a partir de ella, diamantes a medida para sus clientes.
Para lograrlo, como bien han informado, están trabajando en colaboración con maestros talladores de diamantes de la Compañía HB de Amberes. Además, están utilizando la última tecnología de escaneo e imagen para evaluar el potencial final de la piedra y planificar su conversión en diamantes individuales acabados, tallados y pulidos a la medida de sus clientes, en un servicio de máxima personalización y exclusividad, revolucionario en la industria joyera.
La aclamada firma francesa no comenzó a adentrarse en el sector de la joyería de lujo hasta 2012 con la apertura de la tienda en la Plaza Vendôme parisina y desde entonces compite en la primera fila del negocio con casas de renombre como Bulgari, también propiedad de LVMH, o Cartier.
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