Manual de uso de las perlas a los 20, 30 y 40 años y TRIUNFAR siempre

Marilyn Monroe llevaba perlas, Coco Chanel no se las quitaba ni para dormir y Rihanna las incorporó a sus estilismos el día que estas esferas llenas de luz dejaron de tener edad y sumar edad, ser capricho exclusivo de reinas y emperatrices y sobre todo, y más importante, abandonaron la categoría 'joyas de madre y abuelas' heredadas siempre en la madurez, justo en ese momento en el que te has subido a la rueda de la maternidad y te has convertido ya en una de ellas.

Del fondo del mar algunas, de fábricas sin más otras, las perlas ya no solo son de niñas bien, ni mujeres que siempre se dieron baños de abundancia y elegancia; democratizadas, modernizadas y reinventadas, el que un día fue símbolo de estatus, hoy lo es de modernidad y falta de prejuicios. Si eras de las que dijiste que nunca llevarías perlas es porque sin duda no tenías a mano una bolita de cristal que te mostrara lo contrario. Tengas 20, 30 o 40 años, así son y así se lucen.

Bandolera de perlas, de Zara.
Pendientes con perlas y piña, de Zara.
Earcuff Eklat de Oro con Perla, de Tous.
Pendientes con un corazón, de Safsafu.


A los 20

Las pijas perdieron la hegemonía de las perlas el día que firmas como Zara, o Shrimps en su versión más lujosa, las unieron con un hilo transparente transformando las tiras de bolitas blancas o de colores en deliciosos bolsos rígidos a prueba de golpes y de tendencias. A estas joyas con cierto aire vintage le siguieron los pasadores del pelo, las horquillas que todas las firmas vendieron como churros, las diademas voluminosas convertidas en coronas dignas de las hermanas Bolena y por supuesto, la reinterpretación de los pendientes clásicos blancos.

SI todavía es pronto para pedirle prestadas las joyas de la familia a tu madre, y las perlas de siempre te siguen pareciendo demasiado series, míralas con el mismo ojo divertido con el que las ve siempre Safsafu, envuélvelas con frutas tropicales como Zara o conviértelas en el piecing más molón (y sin agujero) de toda tu oreja como hace Tous.

Piercing con perlita, de Aristocrazy.
Bolsito de mano, de Zara.
Perla con piercing, de Saf Safu.
Pendientes Eden Love, tambén de Safsafu.


A los 30

La treintena es la línea divisoria que nos guste o no separa los felices y locos años 20 de los 40 que presuponen madurez, y en este momento exacto de la vida puede que te apetezca abrir el armario y el joyero de tu madre, siempre bajo su supervisión, y probar con las perlas. Primero con un bolsito de mano con un look tan guay como unos vaqueros, una blazer y una Vans; después con sus pendientes.

Si hace diez años no te animaste a hacerte un agujero en el cartílago como el resto de tus amigas, te vas a convencer cuando veas el arito de plata recubierto de oro con una mini perla que Aristocrazy ha diseñado para tu cartílago. Convencida y reservada la hora para hacerte el piercing, lo combinararás con cualquiera de los dos pares de Safsafu, uno más discreto pero no por ello menos tendencia, y otro que es pura fantasía con la piedra con forma de corazón.

Collar de perlas, de Tous.
Aros medianos con perlita, de Tous.
Pendientes óvalo de plata con una perla, de Aristocrazy.
Bombonera de terciopelo con perlitas, de Zara.

A los 40

Si sopladas las 40 velas tu pasión por las perlas no se ha despertado todavía, ya no lo hará. Sin embargo, si has llegado hasta aquí dudamos mucho que eso ocurra. Si lo de compartir ropa con tu madre y tus tías favoritas es llegado este momento lo normal, ahora serán ellas que las que acudan a ti, ¿o es que no están flipando al ver como un chico de 26 años llamado Harry Style lleva mejor que nadie el collar de perlas ceñido al cuello como un chocker que ellas siempre han llevado con rebeca y jersey? Sin doble vuelta y mezclado con alguna cadenita de oro, sobre un cuello vuelto o como nos enseñó el cantante hace apenas unos días, entre el cuello de la camisa abrochado del primer al último botón y el jersey, la última moda no la dictan esta vez las madres o las abuelas, sino las hijas y los hijos.

No tengas miedo al exceso, la popularidad de las joyas es tal que cuantas más mejor. Eso sí, que sean en forma de pendientes como los de Aristocrazy o de aros como los de Tous.

 

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