A estas alturas no hay nadie que no reconozca esas escaleras de color beige, rodeadas de espejos del número 31 de la rue Cambon. El apartamento de Gabrielle Chanel, que se conserva tal y como ella lo dejó tras su muerte en 1971 es como adentrarse en el ADN de la marca y la razón por la que Virginie Viard lo ha elegido como fuente de inspiración para la nueva colección Métiers D’Art. “No quería el típico viaje de larga distancia de las colecciones de Métiers D’Art, quería quedarme en París. Así que, teníamos que pensar en una nueva forma de hacer la cosas”, declara Virginie Viard en el comunicado de Chanel, “allí estaban los códigos creados por Gabrielle Chanel y hechos sublimes por Karl Lagerfeld, los cuales me gusta también mezclar. Me gusta la idea de un patchwork”.
Así, en esta colección la directora creativa de Chanel básicamente traslada todo el universo de su creadora y de la firma a prendas y accesorios. Por ejemplo, encontramos un vestido de satén de líneas puras, con capa, vestidos negros cruzdos con encajes color champán que se inspiran en el legendario retratro que Cecil Beaton hizo de Gabrielle Chanel en 1935; los pendientes recuerdan a las famosas lámparas de araña de cristal que colgaban de su apartamento; los bolsos jaula son un homenaje a las jaulas de pájaro que Coco tenía en su casa, vemos diseños inspirados en otros creados por la propia Gabrielle, como los tejidos de efecto tie-dye que tiñeron un traje de chaqueta de tweed de la década de los 60; el binomio blanco y negro llevado a su máxima expresión.
Y, por supuesto, todas las prendas están repletas de guiños a los símbolos asociados a Chanel: desde las cabezas de león, siempre en parejas, hasta las camelias, pasando por el número de la suerte de Gabrielle, el 5. Símbolos muy presentes para Virginie Viard, tal y como ella confiesa, “He sido completamente absorbida por los códigos de Chanel. Vi a Karl versionarlos una y otra vez. He crecido aquí. Soy hija de Karl y Gabrielle”. Además, la nueva directora creativa de Chanel, lleva prácticamente toda su carrera encargándose de estos expertos artesanos, fundamentales en las colecciones de Chanel, “ellos hacen nuestras creaciones sublimes”, declara, y son ellos los verdaderos protagonistas, junto con Gabrielle y Karl, de esta colección: las famosas camelias de tela, los bordados, la pedrería, las plumas… Todo es un despliegue de ‘savoir-faire’.
A diferencia del primer desfile de Métiers D’Art en 2002 que sí se celebró en el mismo apartamento, en esta ocasión se ha realizado una réplica de las famosas escaleras en el Grand Palais de París. Esas escaleras, con ese espejo de facetas encontradas creado en los años 20 fueron el punto de partida, “me imagino a una chica bajando por ellas, ¿llevando qué vestido? ¿Qué zapatos?”.
Con esa pequeña chispa ha surgido este gran homenaje a la herencia de Chanel con la mirada de su nueva directora creativa que tiene totalmente integrado su estilo. El resultado son prendas elegantes, sofisticadas, mágicas con todo el allure y la grandeza de la Maison.
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