En la que es considerada su obra más íntima y sensata, El año del pensamiento mágico, Joan Didion arranca con una reflexión cuya actualidad resulta, a día de hoy, casi insoportable:
La vida cambia deprisa.
La vida cambia en un instante.
Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba.
La vida cambia en un instante.
El instante normal.
Lo que conocíamos como normalidad ha mutado tanto que casi ya no nos reconocemos en ella, que, de volver, no sabríamos cómo manejarla. La situación que nos ha tocado vivir ha trastocado nuestra sagrada cotidianidad y nos ha obligado a cambiarla y a adaptarla a algo que el mundo ha convenido a llamar nueva normalidad. Nada o casi nada es como hace tres meses y mucho queda para que vuelva a serlo. Dentro del cambio, lo bueno: nuevas metas, nuevas rutinas, nuevos aprendizajes, nuevas prioridades. Con la definición de normalidad dinaitada, el eco del terremoto llega a otras, como la de perfección. En enero de 2020, la perfección era un viaje al otro lado del mundo, en mayo de 2020, la perfección es abrazar a tu madre. En junio de 2019, el vestido perfecto era negro, corto y atrevido para quemar todas las pistas de baile. En junio de 2020, el vestido de nuestros sueños será cómodo, suelto y largo para llevar descalzas en el porche o en la terraza de casa.
© Cortesía de Zara
Ahora buscamos ese tipo de ropa porque nuestros planes son diferentes. Los sábados de copas en el apartamento de nuestra mejor amiga se han convertido en noches de pizza a domicilio y juegos de cartas en el sofá. Y no hay nada malo en ese plan, más bien todo el contrario: hay cariño hacia las pequeñas cosas, que hoy cotizan al alza. Ese cambio de prioridades ha influenciado sobremanera nuestra búsqueda de prendas nuevas, que ahora demandamos que sean funcionales y que nos hagan sentir bien. Ambos requisitos se ven cumplidos por el vestido que, a estas alturas de la primavera, más presencia tiene en las tiendas de cabecera – Zara, Mango e H&M – y más tendrá en los armarios españoles durante los próximos meses.
© Cortesía de H&M
Vestido de H&M. Comprar.
Así será porque este vestido largo, suelto y de busto ceñido es ideal para no hacer nada y para hacer de todo: para leer en el salón toda la tarde, para pasear una hora diaria, para visitar a nuestros amigos cuando se pueda, para organizar una cena en nuestra terraza. Para improvisar, para abrir el armario y saber a ciencia cierta que ese vestido nos solucionará los apuros estilísticos en los que estemos inmersas.
He aquí diez vestidos largos y sueltos de Zara, H&M y Mango que marcarán el vestir estival de los próximos meses.
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