Unos viven su amor, otros descubren la traición de sus seres queridos…
Coral, viendo que Raúl no desiste en su idea de volver a estar con ella, trata por todos los medios de convencerlo de que su ruptura es irreversible, al mismo tiempo que intenta mantener en secreto su romance con Fran.
La joven no quiere que su vida amorosa comience a estar en boca de toda la juguetería. El chico, por su parte, continúa con la búsqueda de un sustituto para su puesto en Garlo, ya que no desea seguir tan cerca de su familia después de haber traicionado su confianza.
Y lo más importante, tiene miedo de que se termine descubriendo la verdad. Su temor se hace realidad, pues Raúl termina descubriendo la naturaleza de la relación entre su primo y Coral.
García, destrozado, enfrenta a ambos y los acusa de haber jugado con sus sentimientos. Además, les exige que se alejen de él para siempre: “No quiero volver a veros”.
Por otro lado, ‘El Aviador’ sorprende a Sonia con un giro inesperado. La directora de Flechazos trata de agradar a David de todas las formas posibles y toma conciencia de que lo que está haciendo no es bueno para ella y decide parar.
Este último desengaño hace que la mujer se cierre en banda a encontrar el amor. Medina, que no piensa permitirlo, busca en su diario alguna herramienta para conseguir que abra su corazón de nuevo. Sonia termina confesándole a su amigo el trauma que vivió con Ramón ‘El Guayón’.
Cerca de allí, Guillermo convence a Ismael de que trabaje con él en el King’s. Ambos hombres encuentran en su inesperada amistad, un refugio a sus problemas sentimentales.
Galán, por su parte, logra que la música vuelva a su pub, mientras él mismo pone también su vida en sintonía.
A quien si le va bien en asuntos del corazón es a Catalina, quien cada día empieza a arreglarse más que de costumbre, despertando las sospechas de su padre sobre el motivo de su alegría: hay un chico de por medio.
Pero Marcelino y Manolita descubren algo insólito sobre la relación sentimental de Catalina. No es un joven el que trae de cabeza a la adolescente, si no dos. Este hecho provoca un duro enfrentamiento entre madre e hija.
Penélope ve en lo ocurrido con Catalina un reflejo de sus problemas. Ella también se siente dividida entre Ismael y Santiago y, cada día, se hunde más en sus dudas. La profesora se resiste a elegir a uno u a otro, pues les quiere demasiado.
Al día siguiente, es Nochebuena en la Plaza de los frutos. Penélope pasa la una velada tan especial junto a Santiago, pero con el recuerdo de Ismael en su cabeza.
Fran consigue que las Navidades con Coral sean especiales, mientras la tristeza se apodera de Raúl y Carmen. Y en El Asturiano se celebra una cena multitudinaria empañada por la ausencia de Catalina.
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