QUÉ HA PASADO
• Domingo fallece.
• Pedro descubre que no es el padre del hijo de Gina.
Nelson no logra persuadir a Chano y Benito de que no renuncien a su trabajo. Más tarde, buscan a Pedro y le proponen montar su propio taller mecánico: “Podría llamarse los tres magníficos”. Sin embargo, deben renunciar a su sueño cuando se enteran de que el terreno que iban a usar y que Benito había heredado de su abuelo, lo ha ocupado una familia.
Gabriela está convencida de que Irene y Ernesto son amantes y no puede seguir callada. “Les oí mientras hablaban por teléfono. Ella decía que era la única que lo amaba”, cuenta a Elena. El comandante Robles pide a la madre Refugio que guarde el secreto de que Isabel ha recuperado la lucidez. “La persona que usted conoce como Ernesto Rioja es Miguel Hernández.
Estamos a punto de recibir los resultados de una prueba de ADN y podremos denunciarlo”, informa él. Arrepentida de no haber creído en Inés, la religiosa la telefonea para disculparse y le ofrece que retome los hábitos. Ella acepta a pesar de las súplicas del comandante. “Por favor, no lo hagas. Yo te quiero y sé que tú a mí también”, se declara una vez más.
Trini revela el motivo de su despido
Mientras Irene y Ernesto se encuentran en un hotel, Elena consigue contactar con Trini. “Yo los vi besándose. Por eso, Ernesto me despidió y me amenazó con mandarme a la cárcel”, confirma la mujer. A pesar de las indicaciones del médico, Gina va a trabajar y rompe aguas. De inmediato, es trasladada al hospital y da a luz a una niña prematura. Al enterarse de la noticia, un emocionado Agustín acude a conocer a su hija.
Elena comparte sus planes con Horacio: fingirá que irá a Cancún con Ernesto, pero na vez en el aeropuerto tomará un vuelo con Nico a Estados Unidos. Por eso, Villaseñor falsifica la firma de su yerno en unos documentos. Agustín visita de nuevo a su hija, que sigue en la incubadora tras superar una infeccióny decide llamarla María.
Gina, por su parte, no muestra ningún interés por ella y Nelson asegura que se avergüenza de ser su padre. Además, le exige que firme la demanda de divorcio a Pedro.
Por casualidad, Ernesto ve en la maleta de Elena dos billetes de avión a Los Ángeles y unos documentos para sacar a Nico del país. Ajena a esto, la mujer cena con Pedro y hacen lanes de futuro. Samuel oye a Gabriela hablando mal de él a Irene. Despechado, busca a Rosa y hacen el amor. Pero no todo son alegrías para la secretaria ya que Agustín le ha pedido que se vaya de la casa pues Gina va a instalarse allí con María.
Horacio obliga a su hija mayor a acudir a terapia
Al día siguiente, Elena está en el aeropuerto a punto de abordar con Nico el vuelo a Los Ángeles cuando llega Ernesto con la policía. “Queda detenida por sustracción de un menor y falsificar documentos”, informan. Una vez en comisaría, la mujer rinde declaración y Abreu no consigue que quede en libertad bajo fianza. Horacio y Pedro se desesperan y llegan a la conclusión de que la única solución es comprobar la suplantación de identidad de Rioja.
Andrea escucha como Irene se declara a Ernesto y, furiosa, la abofetea. “¡Eres una descarada!”, grita. Esa noche, la mayor de las Villaseñor sale a un bar para olvidar lo sucedido y, tras tomar unas copas, se acuesta con un desconocido. Antes de ser llevada a prisión, Pedro se despide de Elena. Una vez allí, encuentra apoyo en Carmina, una de sus compañeras de celda. De hecho, le consigue un teléfono para que hable con Nico, pero el niño no está en la mansión.
Irene se muestra muy deprimida y mientras Andrea la ve como una víctima de Ernesto, Horacio no cree en ella y le exige que vaya a terapia. Gabriela tampoco tiene piedad con ella. “Ahórrate tus teatros. No quiero volver a verte”, dice a su hermana.
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