Imanol Arias, entre ‘Cuéntame’, Netflix y Hacienda: «Confío en que la justicia sea justa y no ejemplar»

Lleva 40 años siendo uno de los actores más famosos de España. El 24 de julio estrena en Netflix la película Ofrenda a la tormenta, el esperado desenlace de la Trilogía del Baztán, en la que ejerce de sacerdote, y ya está preparando los guiones de la nueva temporada de Cuéntame cómo pasó. Al tiempo, sus problemas con Hacienda continúan y acaba de conocerse que la Audiencia Nacional le llevará a juicio junto con su compañera Ana Duato dentro del caso Nummaria.

En esta tercera entrega de la trilogía de Dolores Redondo interpretas al padre Sarasola. ¿Tú eres un hombre de fe?
Sí, soy creyente, pero poco disciplinado. No soy conventual ni de iglesia, soy un creyente más universal. Los humanos nos distinguimos por la capacidad que tenemos de inventar y la invención es la que crea las creencias.

El padre Sarasola es muy diferente a Vicente Ferrer, cuya vida interpretaste hace unos años…
Lo de Vicente tiene que ver con una espiritualidad cercana a la meditación y con la conciencia en el mundo. Y el padre Sarasola es un hombre que busca el Mal para combatirlo. Y esa figura genera mucho miedo y mucha inquietud.

¿Crees en la existencia del Mal en mayúsculas?
El mundo tiene energías positivas y negativas e, incluso, tiene materia oscura. El Bien es el equilibrio entre la vida y lo que te rodea y su propia existencia demuestra que existe el Mal, otra forma de ver el mundo que nadie tiene que ver con el amor ni con el respeto.

Lo que cuenta Dolores Redondo en su trilogía está basado en hechos reales. ¿Conoces algún caso?
No conozco lo que se denominan sectas modernas, que se dieron en los años 70, a las que hace alusión la novela, pero sí tengo un conocimiento histórico de la Baja Edad Media y de los hugonotes (el término peyorativo que daban los católicos a los protestantes) y de los problemas religiosos que hubo en el valle del Batzán. Mi impresión es que a lo largo de la historia, el hombre se ha quedado sin referencias varias veces y es entonces cuando el Mal emerge.

Eres padre de dos hijos (Jon y Daniel Arias). ¿Puedes comprender que alguien, en su sano juicio, pueda asesinar a su hijo por una creencia?
Ahora mismo es muy discutible, pero ha habido culturas que han jugado con el sacrificio del niño, del inocente y con la manipulación de los más pequeños. De la misma manera que ha habido civilizaciones, tanto en Europa como en las culturas inca y maya, que se apareaban entre ellos y criaban a los hijos juntos, distinguiendo a los que tenían más fuerza, fomentando la pureza de la raza y aniquilando a los débiles o discapacitados.

¿Te sientes orgulloso de tus hijos y de que se dediquen a la interpretación?
Primero, estoy un poco asombrado de que hayan elegido esta profesión. Uno no viene al mundo a crear una saga (risas) ni está preparado para que tus hijos hagan lo que te han visto hacer a ti.Normalmente, los chavales reniegan de sus orígenes y eso precisamente es lo que le pasó a Jon, que durante varios años se dedicó a la música y no quería que interfiriéramos ni su madre ni yo. Él es muy familiar y el más cariñoso de los dos y supo hacerse su hueco de una forma natural, respetando siempre a la familia. Ahora es actor y yo me limito a darle consejos como padre.

Hoy se nos hace mayor de Edad @danielarias.vAl que quiero con locura. @zorionak @cumpleañosfeliz. 🎂🍷

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Daniel (18 años) empezó de pequeño y ahora está en el remake de ‘El internado’
Dani tiene un carácter muy parecido al mío y por eso no hace falta que me diga: «Aita, quiero consultarte tal o cual». Él me habla, conversamos juntos con toda naturalidad. Yo empecé a la misma edad que él tiene y más que aconsejarle sobre El internado en concreto, trato de inculcarle que el trabajo de actor no es individual sino de equipo. En una película no hay estrellas sino gente que respeta a otra y su manera de crear, sea el director, el equipo técnico u otros actores. Aparte de eso, lo que intento es disfrutar de lo que hacen mis hijos.

En ‘Cuéntame’ ya estáis estudiando los guiones de la nueva temporada, la 21. ¿Qué le va a pasar a Antonio Alcántara?
El 92 ha sido un año importante en la vida de Antonio y creo que va a seguir siendo así, con el acompañamiento cada vez más importante de los hijos. En Cuéntame hay una familia de la que salen varias familias, pero además cada temporada se plantea qué es lo que vamos a contar al público y desde qué ángulo. La serie familiar abarca cada vez más contenido social. El 92 fue un año importante por los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla y lo vamos a contar desde la perspectiva de este 2020 que también es importante por motivos bien distintos.

La familia Alcántara ya forma parte de la vida de varias generaciones de españoles. ¿Te ha pesado alguna vez como para dejar a Antonio?
Alguna vez. Más que por necesidad ha sido como conclusión de que tendría que terminar. O me he planteado que no es necesario que un personaje esté todo el tiempo en primera fila, que podría darse alguna ausencia…

Dicen que Alcántara es tu alter ego y tú has dicho que te recuerda a tu padre…
Sí. Tiene ese origen, pero se ha ido desarrollando con el tiempo. Y es un poco mi alter ego porque hemos visto a Alcántara desde los 45 años hasta los 66 que tiene ahora, dos años más que yo. Antes me veía con el pelo negro, con el bigote fino y muy flacucho y ahora tiene muchas canas y sufre todos los avatares que voy sufriendo yo. Los dos vivimos sinergias parecidas. Además, en Cuéntame tengo una sensación de obligación social porque Antonioes en sí mismo un personaje.

¿Se acercarán Merche y Antonio y volverán definitivamente?
¡La mujer en Cuéntame ha luchado tanto por ser ella misma! Ana Duato ha hecho un trabajo muy delicado de contar los desamores en el tiempo y, además, a partir de una edad, el amor no se mide por el tiempo que uno está en la cama con otra persona, sino por el compromiso y la forma de afrontar esa etapa de la vida. Merche y Antonio han aprendido a desarrollar su pasión conjuntamente, aprendiendo uno del otro; recuerdo con cariño cuando ambos veían películas X porque se divertían mucho. Pero también han reflexionado juntos y por separado en la terraza de su casa sobre sí mismos, lo que les preocupaba… Y siempre con ánimo constructivo, de tirar adelante. Esa relación de vida es la que van a seguir manteniendo. Ambos sufren por la ausencia de un hijo, ambos se alegran de lo bueno que le pasa al otro. Nunca van a volver a disimular un problema ante los demás, pero Antonio tiene que afrontar el hecho de vivir solo o de ver a la persona que ha amado, con otro.

¿Los Alcántara os lleváis tan bien como parece fuera de la pantalla?
Somos un equipo muy bien avenido porque hemos establecido una relación familiar real. Sin ir más lejos, Ricardo Gómez (Carlitos) ha pasado más tiempo con nosotros que con su propia familia. A lo largo de estas 20 temporadas, ha habido dos o tres personas que no se han sentido atendidas y han protestado y dada la importancia de la serie se ha magnificado, pero la realidad es distinta. Con las personas que te llevas regular, te sigues llevando regular después de tantos años, pero aprendes a convivir. Y el afecto que has generado con otros, ha ido creciendo y creciendo.

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¿Cómo has pasado este tiempo de confinamiento?
He estado en Madrid, pero soy una persona solitaria, así que tampoco me ha supuesto un gran problema. Ha aprovechado para entender un poco la realidad de lo que pasaba, pero sin intoxicarme de rabia. Me he llenado de dolor por algunas personas cercanas que se nos han ido. He leído mucho -la lectura ha sido muy salvadora para mí, tanto como el audiovisual-, he visto mucho cine y muchas series como La ruta del dinero, una danesa muy premiada que habla sobre fiscalidad, otras dos neozelandesas como Park Lane, que me ha encantado y Halt and Catch fire (Parar para mirar adelante) sobre el mundo de la informática y que la recomiendo encarecidamente.

¿Has descubierto algo bueno?
Creía que podíamos salir de esta pandemia con un cambio de actitud radical, pero la sorpresa y la falta de comprensión en muchos casos, y la utilización política de todo da como resultado que no vayamos a aprender tanto. Me he dado cuenta que la gente que hace un trabajo de servicio a los demás y encima le gusta, puede ayudar ahora más allá de las instituciones. Por ejemplo, World Kitchen ha dado de comer a tres millones de personas del mundo al día, gracias a fondos públicos y donaciones privadas que han contratado a miles de cocineros excelentes. Y son capaces de hacerlo ahora porque ya llevaban mucho tiempo organizándolo, siendo solidarios mucho antes de que llegara esta pandemia.

¿Cómo ves la profesión después del coronavirus?
El colectivo de los actores ya es de por sí un sector muy frágil. De hecho, se habla que sólo el 7 por ciento vivimos de nuestra profesión y aún así, los sistemas fiscales que tenemos no se adecúan al hecho de que es un trabajo esporádico o de que esta pandemia nos ha impedido trabajar. Estoy convencido de que el audiovisual se va a ir incorporando poco a poco, siguiendo las pautas de distanciamiento de la nueva normalidad, pero sin problemas, porque hay una demanda tremenda entre el público. Y el teatro, la música o similar, tendrán que empezar a trabajar más al aire libre porque las condiciones son durísimas y con la mitad del aforo no son rentables. Hay que buscar una fórmula económica para hacerlo rentable. Hay una tercera vía, que es el teatro y la música en audiovisual, pero falta descubrir algo que consiga que veas una obra como si estuvieras en directo en la sala y desde la fila 9 del teatro Infanta Isabel, por ejemplo, que sería la realidad virtual.

Háblame de nuevos proyectos
Tengo por estrenar la película Retrato de mujer blanca con pelo cano y arrugas, donde hago un pequeño papel y ya está rodada. Y voy a seguir la gira de la función de teatro El coronel no tiene quién le escriba, de García Márquez. Empiezo en agosto por Murcia y estaré todos los fines de semana hasta abril. Y ese tiempo coincide con el rodaje de la nueva temporada de Cuéntame, así que haré doblete. Para después tengo una película en Argentina y otra en México, pero todavía no puedo decir nada porque no está firmado.

¿Os vais Irene Meritxell, tu mujer y tú de vacaciones?
Hemos hecho lo que hemos podido porque ella está ahora llevando la fotografía de la súper producción El Cid para Amazon.

Con 64 años, la mayoría de españoles piensan en la jubilación. ¿Tú lo has pensado o trabajar es la mejor manera de combatir la edad?
Cuando trabajo noto la edad, pero tengo trabajo y quiero seguir. Hay personajes maduros y alguien tiene que hacerlos (risas).

María Galiana, tu suegra en Cuéntame es un claro ejemplo
Cuando llegas a su edad tienes una sabiduría de la vida maravillosa. María ha sido y es un ejemplo para nosotros, nos ha enseñado cómo vivir este tránsito en la profesión, que todo el mundo te conozca y eso no afecte a tu vida. Si tienes la suerte de hacer un trabajo que te gusta, te das cuenta que trabajo y vida van parejos.

La Audiencia Nacional ha dictado auto de apertura de juicio oral, para ti y para Ana Duato, por fraude a Hacienda. ¿Vas a ser capaz de pasar página y afrontar la decisión del juez?
No puedo pasar página de nada, pero sí asumo mi responsabilidad y tengo la intención de devolver todo lo que aparentemente debo a Hacienda. Me he puesto al día de mis cuentas y he aceptado las decisiones de la comisión económica de Hacienda. Además, el despacho que nos llevaba a Ana y a mí tiene un caso abierto del despacho Nummaria, que nos afecta a nosotros. Lo único que puedo hacer es afrontarlo con humildad y confiar en que la justicia sea justa y no ejemplar.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la cuota defraudada por Imanol Arias en concepto de IRPF en los ejercicios de 2009 a 2015 fue de 2,7 millones, de los que hasta el momento ha devuelto 2,3 millones.

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