QUÉ HA PASADO
• Ágata hace público su noviazgo con Elías.
• Celia vuelve a la droguería.
• Samuel roba en el mercado.
Los transportistas se ponen en huelga, colapsando el muelle de carga y afectando a todos los comerciantes. Germán es incapaz de encontrar una solución, pero no cede en pedir ayuda a su padre. Entre tanto, Adela retoma su investigación y descubre que el marido de Ágata murió en extrañas circunstancias.
Ante las sospechas de Alberto, Samuel confiesa que él simuló el robo en el mercado porque necesitaba saldar sus deudas de juego. “Si de verdad quieres ayudarme, dile a mis padres que fue Toni y que ya ha devuelto el dinero”, le pide.
Para lograr que David se aleje por completo de Nacho, Celia le cuenta que estuvo involucrado en una red de pedofilia. Poco después, la mujer se siente sola y entra al chat para hablar con ‘el hombre tranquilo’, seudónimo de Jorge.
Gracias a Alberto, Carla se entera de la adicción de Samuel, que ha vuelto a jugarse el dinero del mercado. “Nuestra relación se ha terminado”, sentencia la dueña del puesto de cupcakes.
Jesús se ve obligado a intervenir para zanjar la huelga de transportistas y Germán dimite. Así, Elías recupera el mando del negocio para felicidad de Ágata. No espera que Julián reaparezca en su vida para pedir más dinero.
Adela sigue dispuesta a averiguar qué oculta Ágata y contrata a Julián como ayudante en la floristería. Germán, por su parte, se acuesta con uno de los transportistas de la empresa y descubre que fue Elías quien promovió la huelga.
Tras su beso en el aniversario de la pizzería, Rosa y Alberto se dan una oportunidad. Mientras Noa felicita a su madre, Nacho enfurece.
Celia está cada vez más enganchada a su relación virtual y envía un mensaje a ‘el hombre tranquilo’ confesando su identidad. Justo cuando Jorge va a leerlo, Alberto lo convence de que borre su perfil: “Vas a tener un hijo con Lorena”.
Cerca de allí, Carla cuenta a los Pacheco los problemas de Samuel con el juego y Alberto enfrenta a Nacho al descubrir que ha echado a perder un pedido de sus cervezas. “No voy a permitir que seas feliz con Rosa”, advierte Salinas.
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