- La crítica de ‘La apariencia de las cosas’, la película de terror de Netflix.
- En una inteligente película de Netflix basada en el libro homónimo, Amanda Seyfried interpreta a una joven madre que llega a sospechar que su matrimonio y su nuevo hogar tienen un lado oscuro.
Basada en una novela de 400 páginas, La aparición de las cosas de Elizabeth Brundage, no es solo una sencilla historia de fantasmas, también es un drama de relaciones, una lección de historia del arte y una discusión teológica de la vida. Tiene una narrativa densa, complicada, con muchos personajes (muchos de ellos muertos). Y de alguna manera, se las arregla para meter esa compleja historia en una película de dos horas. Aún así, la película es hermosa. Filmada en locaciones del valle de Hudson en el estado de Nueva York, La apariencia de las cosas es fácil de interpretar y entender, pero si estás confundido por el final de los elementos que más tienen que ver con el miedo, tranquilo, no estás solo.
Es una práctica que solemos hacer con las películas más interesantes de Netflix, como el final explicado de Polizón, Quien a hierro mata, Ilusiones mortales o El Hoyo.
Resumen de ‘La apariencia de las cosas’
Es el año 1980, y Catherine Clare (Seyfried) no desea dejar su vida de artista viviendo en Manhattan. Pero cuando su esposo George (James Norton) consigue un trabajo como profesor de historia del arte en una pequeña universidad privada en el Valle de Hudson, ella cambia su vida. Se muda con George y su pequeña hija Franny a una casa grande y espeluznante en medio de la nada. Catherine no tarda mucho en descubrir que su nueva casa está encantada.
Encuentra una vieja Biblia que data del siglo XVIII, rastreando las muertes familiares de los propietarios anteriores. Muchas de esas muertes parecen ser esposas que fueron consideradas «condenadas» por sus maridos. Parece que los espíritus de estas esposas todavía están dando vueltas por la casa, haciendo cosas como encender la luz de noche en la habitación de Franny y hacer que salga un mal olor a gasolina del garaje.
El final explicado de ‘La apariencia de las cosas’
Cuidado, a partir de ahora, spoilers. Al principio, parece que George podría salirse con la suya: la muerte de Floyd se considera un accidente y a George se le ofrece el puesto de Floyd como jefe del departamento en la universidad. Mientras tanto, George inventa un plan para matar a su esposa: droga la bebida de proteína de Catherine con un sedante. Intenta escapar con su hija, pero el sedante la golpea y cae inconsciente.
George asesina brutalmente a Catherine con un hacha mientras está inconsciente. George le dice a la niñera que su esposa está enferma y que no debe molestarla. Se da una coartada al ir a trabajar y luego denuncia el asesinato a la policía. Aquí, tenemos la escena que abrió la película: George viendo la sangre goteando del techo y corriendo con su hija por los jardines. La policía sospecha que George es culpable, pero no tienen ninguna prueba, hasta que Justine despierta del coma. ¿Cómo se despierta? Con un pequeño empujón de los espíritus de Ella y Catherine. Parece que Catherine se ha unido al equipo de esposas vengativas asesinadas por su marido en esa casa espeluznante.
George, al darse cuenta de que está jodido, huye en un velero. Mientras navega a través de una tormenta, parece que el cielo está siendo consumido por el fuego del infierno, mientras Ella y Catherine susurran sobre las puertas del infierno. Una cruz al revés aparece en el cielo, el barco se enciende en llamas y George básicamente navega hacia las puertas del infierno. En la toma final de la película, las esposas muertas dicen al unísono: “Gracias a ti, estamos unidos en espíritu. Gracias a ti, nuestros poderes crecen. Desde pequeñas gotas hasta un mar infinito «. La cámara hace zoom en una imagen de los dueños originales de la casa, y vemos que la esposa original también lleva el anillo, lo que significa que fue heredado por las esposas de la casa. ¡Uf! ¿Conseguiste darte cuenta de todo esto?
Los espíritus de las esposas están entregando a George al infierno en esa escena final en el agua. Es una especie de metáfora de todas las mujeres que han sido abusadas por sus esposos, padres y predicadores, y maestros, todos los empresarios y productores.
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