Un feliz Fin de Año; ‘Amar es para siempre’

QUÉ HA PASADO

• Gorka tiene celos de la cercanía de Maica y Galán.

• Marcelino intenta reabrir el caso de su hija Marisol.

• Fabián consigue una beca.

El cumpleaños de Emma ha abierto una brecha entre ella y Manolín y vuelven a dormir separados. “Quizá no te regalé lo que esperabas, pero tampoco era para que te rieras con tus amigas del peluche”, protesta él.

Ante esta situación, la pareja rechaza el ofrecimiento de Abel de buscarles un piso para independizarse. “Necesitaremos vuestra ayuda cuando nazca el niño”, ponen como excusa para ocultar su crisis.

Por su parte, Cristina se vuelca en aliviar el dolor de los Gómez, que pasan las peores Navidades de su vida sin Marisol, y logra localizar el modelo y el año en el que se compró el coche en el que la chica pasó sus últimas horas: “Hay que averiguar a que nombre está puesto.”

Desesperado, Justo accede al chantaje de Ramón y compra su silencio, lo que enfurece a Benigna. “Tenía que hacer algo. A ese hombre solo le interesa el dinero que gana Virginia en el obrador. Le da igual ser su padre”, se justifica él.

“¿No ves que va a estarte chupando la sangre hasta que te quedes sin ella? La única salida es que tú te adelantes y le cuentes la verdad. Entenderá tus motivos para mentirle”, dice su amiga.

Cuando Justo va a sincerarse, encuentra a Virginia leyendo una carta de Ramón, que se le ha adelantado: “Mi madre confiesa aquí que él es mi padre. Vete. No quiero verte jamás”. De nada sirven las explicaciones del abogado: “Me ilusioné pensando que podrías ser mi hija y solo quería darte el amor que nunca has recibido”.

También Guillermo rectifica y al enterarse de que el hermano de Estefanía podría ser inocente, se anima a defenderlo. Mientras tanto, la gerente del King’s tiene que seguir acatando las órdenes de Miguel sin rechistar, pero le resulta imposible separarse de Abel. No sin miedo, decide pasar las fiestas a su lado. “Me siento como un adolescente enamorado por primera vez”, le confiesa él bajo las luces que han puesto en la plaza.

Desde que vio a Maica y a Galán cómplices en la plaza, Gorka acude a diario a casa de la chica. “No te entiendo. Entras y sales de mi vida cuando quieres. Me confundes con tu actitud. Déjame”, pide ella. “Antes necesito ser sincero. Estoy enamorado de ti desde el primer día que te vi. Nunca te he olvidado”, afirma él.

Sin embargo, ella se resiste: “¿Y qué? Ya da igual. Ahora me toca a mí hablar… Aquel día en la playa de Laia en que me dejaste estaba embarazada… de un niño que no conocí porque nació muerto”. Esta dura información deja desolado al sacerdote que, a solas, pregunta a Dios cómo pudo permitir que eso pasara. “Era un bebé”, llora en soledad.

El recién llegado Higinio se cruza por la calle con Miguel y le para: “¿Aquilino? ¿Te acuerdas de mí? De África”. Temiendo ser delatado, el falso camarero se hace el loco: “Lo siento. Se confunde”.

Quien no pasa tampoco por una buena racha es Socorro. Beltrán la ha defraudado y le afecta que el matrimonio de su sobrina vaya mal, por mucho que ellos traten de disimular. “Tengo unas ganas de que acabe este año…”, comenta a Pelayo en El Asturiano, mientras Benigna y Sebas toman un chocolate con churros en la barra.

Virginia se centra en el trabajo para olvidar, aunque considera que Justo se ha estado burlando de ella y prepara su plan de venganza. Cuando se lo cuenta a Fabián, este lo defiende. “A mí es que me parece un buen hombre…”, explica a su compañera.

La cita navideña de Estefanía con Abel parece no haber molestado a Miguel, pero nada más lejos de la realidad: “Estas jugando con fuego. O vas con él para sacar información o mejor te quedas sola”.

De todas formas, la gerente también guarda un as en la manda contra el espía.

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