Los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín (Juan, Pablo, Irene y Miguel) han vivido su estatus de royals con mucha discreción. Han dejado los titulares a sus padres (no siempre por motivos felices, como el largo proceso judicial al que ha estado sometido Iñaki por el caso Nóos) y se han caracterizado por ser reservados y formales. A diferencia de lo que ocurre con sus primos Felipe y Victoria de Marichalar, no se dejan ver en actos y eventos, su círculo social permanece en privado y nunca han dado que hablar. Pero ahora, esa discreción acaba de saltar en pedazos: la revista francesa Point de vue ha incluido a Pablo, de 19 años, en una lista de solteros de oro de las familias reales a los que hay que seguir la pista. Y su estrella está en ascenso.
Pero, ¿por qué Pablo y no su hermano mayor, Juan, al que tampoco se le conoce pareja? Probablemente, ha jugado a su favor el hecho de que Pablo viva ahora en Francia: tras terminar el Bachillerato, abandonó Ginebra (Suiza), donde vive el resto de su familia, para dedicarse al balonmano, como su padre. Pasó una temporada en el equipo juvenil del TSV Hannover-Burgdorf y luego fichó por el HBC Nantes, ciudad en la que reside ahora. La revista lo describe como “discreto, serio y resuelto a vivir de su pasión por el balonmano”. Según fuentes cercanas al joven, el gran sueño de Pablo es jugar en la selección española, considera a su padre su héroe y entre sus aficiones se encuentran el piano, el cine y las series de televisión.
Pablo es el único español de la lista de solteros de oro de la revista francesa, en la que se encuentran también otros royals veinteañeros: Cassius Taylor, nieto del duque de Kent, la condesa Eloísa de Holanda, Charles Manners, hijo de los duques de Rutland, Louise d’Orléans o María Francisca de Portugal, hija de los duques de Braganza.
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