La reina Isabel II de Inglaterra y su marido el duque de Edimburgo tienen, respectivamente, 94 y 98 años. Un rango demográfico que les sitúa entre la población de alto riesgo frente al coronavirus. Así que no resulta extraño que se hayan tomado todo tipo de precauciones extremas para asegurar que tanto la monarca como Felipe de Edimburgo estén tan protegidos como sea posible durante la pandemia, empezando por su confinamiento en el castillo de Windsor.
Se han instituido un buen número de rigurosas medidas en forma de anillo protector en torno a la reina, a las que el jefe de la Casa Real, el ex oficial de la Marina británica Tony Johnstone-Burt, llamó hace un mes "la burbuja de su majestad. Ahora, el diario británico The Sun ha revelado que el personal de mayor confianza de la reina ha estado operando en turnos de tres semanas, aislados hasta de sus familias.
Es, en total, un equipo de 24 personas cuidadosamente seleccionadas y divididas en dos grupos de 12 personas, que aparentemente operan en una rotación de tres semanas dentro, tres semanas fuera. El protocolo establece que cualquiera de ellos pase dos semanas en casa y la tercera en cuarentena, antes de pasar por el termómetro y los test del coronavirus como requisitio para volver al trabajo durante las siguientes tres semanas.
Tony Johnstone-Burt ya había comparado ese sistema que orbita en torno a la reina –y que al principio consistía en 22 personas, aunque han ganado otros dos miembros con el tiempo– como un despliegue militar marítimo. Al igual que los marineros tienen que estar separados de sus familiar durante varias semanas seguidas, al personal de la reina también le toca hacer un sacrificio personal para poder proteger de la manera más eficaz a la reina y a su marido.
Como el peligro para la saluda de la reina y su marido sería máximo si contrajeran el virus, se ha especulado en estas semanas con que el aislamiento en Windsor podría prolongarse indefinidamente, incluso aunque las medidas de confinamiento se relajen para el resto del Reino Unido. The Sun añade que los asistentes reales están haciendo preparativos para mantener a la reina aislada durante bastantes meses, con toda su agenda hasta final de año en constante revisión. Una fuente aseguraba al periódico que "no se puede correr ningún riesgo con la salud de la reina y el duque, así que [las medidas] son perfectamente comprensibles".
El mismo hecho de que se estén tomando estas medidas indica que no habrá cambios en el futuro inmediato. Está claro que la reina permanecerá confinada durante muchos meses. Y es complicado aventurar cuándo sería seguro para ella volver a su actividad previa. Es bastante improbable que pueda acudir en persona a ordenar caballero a uno de los héroes de la pandemia britanica, el centenario capitán Tom Moore, por ejemplo. El personal de la reina, al parefcer, estaría buscando la forma de que el capítán Tom, a sus 100 años, pudiese recibir su título. Según The Sun, los cortesanos estarían en comunicación con la familia Moore para diseñar una ceremonia segura para todos.
Aunque la reina no recupere en breve sus deberes reales, sí que ha mantenido la agenda pública, a través de sus discursos al pueblo, y también se ha dicho que es la primera que quiere volver a su agenda normal de trabajo lo antes posible. Mientras, sigue recibiendo los maletines rojos del Gobierno [con los que se mantiene informada de los asuntos más relevantes del día al día en el Reino Unido]. Y, cada miércoles, mantiene su conversación telefónica semanal con el primer ministro Boris Johnson.
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