El acoso de los tabloides y los paparazzi es, desde hace décadas, uno de los talones de Aquiles de los Windsor. La persecución en París que terminó en un accidente de tráfico que costó la vida a la princesa Diana de Gales forma parte de la Historia, y el acoso al que se vio sometida Meghan Markle está detrás del abandono de sus tareas reales para alejarse del foco e irse a vivir a California. Ahora un vídeo grabado hace meses en el que se ve al príncipe William increpar a un paparazzi tras grabar a su familia se ha hecho viral y el Palacio de Kensington no ha dudado en pronunciarse al respecto.
Según varios rotativos británicos, entre ellos The Telegraph y de The Independent, el Palacio de Kensington ha querido zanjar la polémica creada en torno al vídeo de manera tajante, asegurando que es una violación de la intimidad. El vídeo, que ha sido retirado de YouTube, muestra al duque de Cambridge discutiendo con un fotógrafo tras grabar a su familia mientras daba un paseo en bicicleta por los alrededores de Anmer Hall, la casa de campo que la familia tiene en Sandringham y donde suelen pasar fines de semana y vacaciones.
El vídeo se ha hecho viral porque se ve al príncipe William bastante enfadado, increpándole al paparazzi: «Estabas aquí buscándonos». En el mismo, también se escucha a Kate Middleton asegurando que salieron a dar un paseo con sus hijos y le vieron en su casa. «Gracias por arruinarnos el día… Pensé que ya habían aprendido», dice también el duque de Cambridge, en una clara alusión a la tensa relación que la familia real siempre ha mantenido con los paparazzi.
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Tanto Kate Middleton como el príncipe William son conscientes de su relevante papel dentro de la Corona, y siempre se han mostrado cercanos con la prensa en sus actos oficiales. Incluso su cuenta de Instagram se ha convertido en una ventana abierta en la que mostrar algunos aspectos más personales de su vida familiar, coincidiendo con fechas señaladas.
Pero más allá, ambos han demostrado siempre la importancia que tiene para ellos poder llevar una vida familiar normal junto a sus hijos. Anmer Hall es, desde hace años, el refugio perfecto y en contacto con la naturaleza donde, lejos del protocolo, se comportan como cualquier otra familia. Por eso no es de extrañar que la presencia de los paparazzi allí haya hecho perder los nervios al príncipe William.
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