Fueron una de las parejas más mediáticas hace tres décadas. El amor se les acabó. Pero, si por algo consiguieron que les quedara cariño y respeto el uno por el otro, fue gracias a ese hijo que acaban de perder. Ana Obregón y Alessandro Lequio están destrozados (sus primeras fotos tras la muerte), como bie afirmaba ayer Juancho, hermano de la actriz, ante los reporteros que querían que se le trasladara el pésame a la familia de parte de la prensa.
Ana y Alessandro han pasado este trago amargo juntos. El pasado mes de marzo, se trasladaron a Barcelona para no separarse de Álex en ese último intento por aferrarse a la vida en la lucha contra un cáncer (un sarcoma de Ewing) que se lo ha llevado a los 27 años. Sus padres, no van a fallar a ese deseo del joven de verles unidos. Y así es como se les ha podido ver en las inmediaciones del tanatorio donde un grupo muy reducido de allegados han llorado la pérdida.
La expareja fue fotografiada en una imagen que ya se nos ha quedado grabada en la retina: con sus brazos entrelazados por la espalda, siendo soporte el uno de la otra… y viceversa. Porque nadie más que ellos puede saber lo que sienten en estos momentos de una pena desgarradora tras la marcha del pilar de su vida en común.
Así fueron vistos en el velatorio Sancho de Ávila de Barcelona, donde le han dado el último adiós al joven. Y donde, a su llegada y con la voz quebrada, Ana no evitaba dirigirse a los medios que la esperaban para dar las gracias. Ya lo hizo a la vuelta de Nueva York, dejando patente el inmenso cariño por el sector que siempre se lo ha devuelto.
Ella fue la primera de los dos en romper su silencio en las redes sociales ayer, un día después del fallecimiento de Álex. «Se apagó mi vida», escribía al lado de una foto con su hijo. Horas más tarde, Alessandro gritaba su desesperación en Twitter, advirtiéndole a su hijo, allá donde esté, que ha sido un orgullo ser su padre.
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