La vida al límite de Charo Vega, novia de Serrat, mejor amiga de Carmina Ordóñez e Isabel Pantoja, nieta de Pastora Imperio y estrella ahora de la televisión tras salir del psiquiátrico y de su adicción a las drogas

Las credenciales de Charo Vega, vieja conocida de la televisión gracias a su relación con la familia Flores, Carmina Ordóñez e Isabel Pantoja, vienen de nacimiento. Vega (1957) es nieta de Pastora Imperio, mito de la canción española, estrella del cine mudo, amante de Alfonso XIII, y esposa del torero Rafael Ortega ‘El Gallo’. Su padre, Rafael Vega de los Reyes, más conocido como Gitanillo de Triana, fue un maestro de la verónica. Parece más que un rumor que su madre, Rosario, no era hija de ‘El Gayo’, sino de un primo del Rey: Fernando de Borbon y Madán, duque de Dúrcal. Flamenco, toros y realeza es un cóctel irresistible en cualquier biografía, pero el atractivo de la suya no se limita al pasado más o menos remoto. Su vida ha sido y es increíble, como ha demostrado en sus últimas apariciones en televisión.

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La fascinación que produce hoy Charo Vega tiene mucho que ver con su carisma, esa ironía que también caracterizaba a su gran amiga Carmina Ordoñez. También con una novedad en su historial televisivo: en esta nueva irrupción en los platós no cuenta intimidades ni anécdotas de sus amigas, como había hecho hasta ahora, sino que desvela los momentos más delicados de su propia vida. Atrás queda uno de los episodios más polémicos de su trayectoria mediática: cuando en 2011 deslizó que Lolita había tenido una relación («un resfregonazo») con Francisco Rivera. El torero la demandó por estas declaraciones.

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Ya entonces, el círculo íntimo y familiar de Charo Vega desveló que había estado ingresada en la clínica psiquiátrica López-Ibor en varias ocasiones y que su estado mental no era óptimo. Aún así, nada trascendió de sus dolencias. Más aún: ella siempre negó que tuviera nada que ver con las adicciones que también afectaron a Carmina Ordóñez. El shock en todo su entorno fue absoluto: Charo y Lolita eran amigas íntimas. De hecho, Charo, Lolita y Carmina fueron inseparables durante gran parte de sus años dorados. A esta última y a su hermana Belén las conocía de la escuela: estudiaron juntas en el Liceo francés.

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La conexión entre la familia Vega y la familia Flores era lógica: las unía el flamenco y el cante. El mundillo artístico fue siempre la debilidad de Charo, quien apareció en todas las revistas como la novia aún adolescente de Juan Manuel Serrat. Ahora, Charo Vega explica que no tuvieron nada más allá de un romance platónico en 1973, pero solo porque su familia no le permitió seguir al cantante. De hecho, en sus últimas apariciones en televisión ha contado cómo Serrat compartía con ella los versos de la canción que estaba componiendo en ese momento: ‘Mediterráneo’.

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El disgusto no le duró nada: se le cruzó Toni Caravaca, uno de los representantes más poderosos de la industria de la música, y se casó. Caravaca orquestaba las carreras de Isabel Pantoja o Martes y Trece, además de la de sus amiga Carmina Ordóñez y Lolita. Ahí comenzó una amistad casi familiar con Pantoja: «Les decía a Lolita y a Carmen: ‘¡No sabéis lo simpática que es! ¡Si es como nosotras!», ha recordado recientemente Charo Vega. Durante tres décadas acompañó a la folclórica en todas sus venturas y desventuras, pero las intervenciones televisivas de Vega enfriaron la amistad.

Isabel Pantoja se distanció definitivamente de Charo Vega en los años 90, cuando esta le preguntó si eran ciertos los rumores que contaban de su relación con Encarna Sánchez. Por la misma razón dejó de trabajar con Caravaca, y poco después se divorció de Charo. Por suerte para las amigas, lograron reconciliarse a pesar del ‘paso en falso’. Sin embargo, en 2013 Charo volvió a romper la promesa de discreción: contó en Telecinco lo que sabía de los oscuros asuntos financieros de la tonadillera y del embarazo de Isa Pantoja. «Isabel me llamó y me dijo que no contara más con ella y que no me querían ni mis hijos», ha recordado Charo Vega.

Hoy sabemos que durante toda la pasada década, cuando Charo Vega realizaba declaraciones televisivas escandalosas, pasaba en realidad por uno de los momentos más delicados de su vida: una tremenda adicción al alcohol, las pastillas y las drogas. Se enganchó durante su relación con José Soto ‘Sorderita‘, integrante de Ketama, con el que rompió en 2011. En esas fechas inició un tratamiento para la desintoxicación de las drogas, a las que llegó ya con 40 años. En 2013 cayó en una depresión grave debido al alcoholismo que la llevó por última vez a la López-Ibor. «He estado tirada en un sillón muerta en vida», ha recordado en su última aparición en televisión.

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Hoy sabemos el porqué de este ‘revival’ de Charo Vega y, sobre todo, de su reconocimiento de sus adicciones. «Cualquier día me encontraban muerta y por eso decidí pedir ayuda», reveló en el plató de ‘Sálvame Deluxe’. Divertidísima y sincera, se metió al público en el bolsillo y confirmó el motivo de su reaparición: postularse como concursante de ‘Supervivientes’. Sería una manera de tener, indirectamente, a Carmina, Lolita y Pantoja en la isla, algo que la audiencia, sin duda, agradecerá. Lo que no está tan claro es que los médicos le den el visto bueno para enfrentarse a una experiencia tan extrema. Veremos.

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