Desfile de tiaras, insignias, fracs e impresionantes vestidos de alta costura en el palacio imperial de Tokio. La cena de gala con motivo de la entronización de Naruhito y Masako de Japón ha propiciado que las más de 2.000 personalidades invitadas a los fastos luzcan sus mejores galas. La reina Letizia ha sacado las mejores piezas del joyero de la corona española -los chatones de Victoria Eugenia y la tara Flor de Lis- y ha lucido una creación exclusiva de Carolina Herrera. El rey Felipe ha lucido un impecable frac con un collar propio de su condición de monarca. Sin embargo, los reyes españoles no son los únicos que han llamado la atención de la prensa internacional por sus estilismos.
Si durante la ceremonia de entronización, celebrada la mañana de esta martes, la reina Máxima de Holanda ha llamado la atención por su tocado oversize en plata obra de Fabienne Delvigne que ha combinado con un vestido en los mismos tonos de Natan, por la noche, la esposa de Guillermo de los Países Bajos ha vuelto a sorprender. Máxima ha lucido un vestido de alta costura en color vino, de escote barco y bordado geométrico a mano obra de Jan Taminiau, su couturier favorito y el de la nobleza madrileña.La reina optó por este diseñador, quien desde hace unos meses cuenta con su propia tienda y estudio en Madrid, para el día de su propia proclamación.
En esta ocasión, la argentina ha combinado su outfit con un impresionante collar de diamantes y una tiara de rubíes, creada por el famoso joyero parisino Mellerio dits Meller en 1889 a petición del rey Guillermo III para su esposa, la reina Emma. Se trata de una pieza muy especial que han lucido desde la reinas Wilhelmina y Juliana a Beatriz, suegra de Máxima. También ha llevado una pulsera a juego. La reina holandesa ha vuelto a convertirse en un gran icono de estilo.
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