Cuando Meghan Markle y el príncipe Harry se mudaron de Canadá a Los Ángeles a mediados de marzo, unas semanas más tarde de su gira de despedida como miembros de la realeza en Reino Unido, fue toda una sorpresa para el público. Pero de acuerdo a la información publicada por la revista Sunday Times, los amigos de la pareja ya conocían su deseo de volver a la tierra natal de Meghan para una temporada larga. Canadá no fue “nunca el hogar definitivo”, le contó una amiga a Katie Nicholl (quien también colabora con Vanity Fair). “El gran plan, por lo menos para Meghan, siempre fue Los Ángeles”.
Una fuente le contó a Nicholl que Harry y Meghan empezaron a buscar una casa en California poco después de su boda y que ella siempre quiso pasar una gran parte del tiempo en su país natal. Pero no fue hasta el 14 de marzo de este año cuando lo hicieron oficial, dejando la isla de Vancouver en una operación secreta a bordo del jet privado del actor Tyler Perry.
La pareja aprovechó la relativa privacidad mientras la tenían. Poco después de aterrizar en Los Ángeles, Meghan supuestamente le enseñó a Harry su antiguo barrio, más allá de la casa donde se crió y el colegio al que asistió. “Las calles estaban vacías”, revela una fuente al diario británico The Times. “Fue dos días antes de que los paparazzi los encontraran y se enteraran de lo que estaban haciendo, así que pudieron ver la ciudad de una forma que no habrían podido verla normalmente. Les encantó poder conducir por sí mismos. Fue muy liberador pero, probablemente, no volverá a pasar”.
Aparte de un par de videollamadas y comunicados públicos, la pareja ha mantenido en secreto sus planes de futuro, mientras se hospedaban en la mansión de Beverly Hills de Tyler Perry. Fuentes cercanas a la pareja afirman en Sunday Times Magazine que la pareja dice estar buscando una nueva casa que les permita permanecer “alejados de la actividad frenética de Hollywood” y darle a Archie Mountbatten-Windsor una “vida normal”. Las fuentes también añaden que Meghan y Harry también están ocupados trabajando en los planes para su nueva fundación benéfica, Archewell, y que Meghan no tiene intención de volver a actuar, ni está trabajando en una serie de cuentos infantiles.
Mientras que disfruta del sol de California, algunos amigos han contado que Harry echa de menos Reino Unido. “No está siendo fácil para Harry”, explica uno de sus amigos a The Times. “Tenía una vida mucho más organizada en Inglaterra y él no conoce realmente a nadie en Los Ángeles. Imagino que se estará sintiendo un poco como (Meghan) se sintió en Reino Unido: solitario y sin rumbo”.
Ahora, los papeles se han cambiado. Meghan está feliz de volver a Los Ángeles, cerca de su madre, Doria Ragland, y cerca de sus amigos; mientras que para Harry el cambio está suponiendo un reto. Sin embargo, las fuentes informan de que está entusiasmado con el lanzamiento de Archewell y con comenzar de nuevo una vez que se levanten las medidas de confinamiento.
Los amigos de la pareja también han hablado de por qué tomaron la dramática decisión de dejar a un lado la familia real y dejar Inglaterra y de cómo Meghan se sintió apartada y aislada mientras vivían en Windsor. “Estaba convencida de que había una teoría de la conspiración contra ella, así que básicamente se asiló cuando se mudaron a Frogmore”, afirma uno. “Creo que se sintió como una intrusa desde el principio. Esa no era la vida a la que estaba acostumbrada y quería salir”.
Meghan, nativa de Los Ángeles, una vez escribió sobre ser una chica de California “que vive con la creencia de que la mayoría de las cosas se pueden curar con yoga, la playa o unos aguacates”. Sus amigos cuentan que echaba de menos de forma irremediable a su madre y a su tierra natal cuando vivió en Reino Unido. Aunque estaba dispuesta a hacer de Windsor su hogar, continuó sintiéndose aislada cuando la pareja se mudó a Frogmore Cottage, poco después del nacimiento de Archie. Aunque Frogmore está cerca del castillo de Windsor, la casa de fin de semana de la reina Isabel II, es una zona muy rural y Meghan se sintió aislada sin amigos cerca.
Varias fuentes revelan al diario The Times que la independencia financiera fue una de las principales razones detrás de la decisión de Meghan y Harry de retirarse como miembros de la realeza. “Una de las cosas por la que Meghan sufría era por no generar ingresos”, confiesa una de sus amistades. “Siempre ha trabajado y creo que se sintió incompleta. Tener libertad financiera era una de las cosas por las que querían irse”.
El periodista Omid Scobie, autor de Finding Freedom, una mirada cercana a los últimos años de la vida de la pareja que se publica en agosto, le contó a The Times que la pareja planea crear una compañía similar a la de Obama, Higher Ground Productions. “Piensa en un modelo de trabajo no muy distinto a lo que los Obama crearon después de vivir en la Casa Blanca”, dijo. “Cuando fundaron su Higher Ground Productions Company y después firmaron un acuerdo de producción de varios años con Netflix, para producir películas y documentales que cubrieran temas como la raza, la clase, la democracia y los derechos civiles”.
Otro aspecto de la partida de Meghan y Harry tuvo que ver con las tensiones familiares. Segñun The Times, la primera llamada de atención para la familia real fue cuando la pareja anunció lo infeliz que se sentía en una entrevista en su tour de Sudáfrica. “Fue cuando la familia se acercó y dijo, ‘vale, ¿cómo podemos ayudar?’”, le cuenta un trabajador al periódico. “Guillermo fue el primero de ponerse al teléfono”. Pero fue demasiado poco y demasiado tarde.
Con más información sobre los últimos seis meses de la pareja, llega la resolución de uno de los aspectos más dolorosos de la ruptura de Harry con su familia. Una de las ventajas de mudarse al otro lado del océano ha sido que su relación con su hermano, el príncipe Guillermo, ha mejorado, después de un período de prueba para los hermanos -y el príncipe Carlos diagnosticado con coronavirus, podría haber ayudado a la reconciliación. “Escuchar que su padre no estaba bien les ayudó a unirse de nuevo y ahora hay una comunicación más regular”, explica una fuente a The Times. “No creo que todo haya vuelto a ser de color de rosa, pero la situación es mejor”.
Artículo publicado originalmente en la versión estadounidense de Vanity Fair y traducido por Paula Peña. Acceda al original aquí.
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