La vida de Meghan Markle y el príncipe Harry en Los Ángeles no tiene nada que ver con la que no hace tanto seguían a cientos de kilómetros de la ciudad californiana. Desde que la exactriz llegó a Londres -la ciudad natal del royal– todo cambió para la celebridad, que hasta ese momento, era conocida por su papel protagonista en Suits.
Markle tardó solo unos meses en anunciar su compromiso con el príncipe; después, vendría su boda, y más tarde, sus compromisos oficiales como duquesa de Sussex. Unas apariciones públicas que eran escrutadas por medios y expertos de todo el mundo; hasta el punto en que la pareja decidió abandonar su papel dentro de la familia real británica y junto a su hijo Archie se instalaron en Canadá (el anterior hogar de la actriz).
Allí tuvieron que enfrentarse a la crisis sanitaria que ha afectado a todo el mundo, así que decidieron mudarse a Los Ángeles, en donde siguen viviendo en la actualidad, dedicados a lo que más les apasiona: la ayuda a diferentes ONGs como la que visitó Markle junto al príncipe el mes pasado.
Se trata de Homeboy Industries, una organización que da apoyo a la gente que ha salido de la cárcel o que formó parte de una banda. Para ellos, hornearon pasteles, mientras los conocían. Pero lo reseñable de la presencia de Markle allí fue su español intachable.
"Habló en español perfectamente con una chica joven", reveló el padre Greg Boyle, fundador de la ONG, a la revista People. "Se pasó directamente al español; fue un momento increíble y muy agradable".
Después de acabar sus estudios universitarios, Markle trabajó como becaria en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires; fue allí donde aprendió a hablar español así de bien.
Fuente: Leer Artículo Completo