El 19 de mayo de 2018, el príncipe Harry y Meghan Markle se casaron en la capilla de St. George, en Windsor. La retransmisión de la ceremonia por la cadena BBC, que fue seguida por millones de personas en todo el mundo, generó muchos beneficios; concretamente, 90.000 libras, algo más de 100.000 euros.
Ese dinero ahora será destinado a Feeding Britain, una asociación que trabaja con familias sin recursos, con niños que no tienen acceso a las comidas necesarias. Precisamente, la organización está presidida por el arzobispo de Canterbury, el encargado de casar a los novios. “El duque y la duquesa hablaron con el arzobispo recientemente y se sintieron conmovidos cuando supieron todo lo que Feeding Britain estaba haciendo para apoyar a la gente durante el coronavirus”, reveló una fuente cercana a la pareja.
“Les pareció muy entrañable visitar el supermercado de Birkenhead, por la compasión y la generosidad de todos los que trabajan allí para ayudar a los demás. Por eso están encantados de que ese dinero se destine a una gran causa como esta”, insistió este testigo.
Feeding Britain, que trabaja en doce zonas de Gran Bretaña, tiene como principal propósito acabar con la pobreza y la hambruna a la que se enfrentan muchas familias; máxime ahora, durante la crisis sanitaria global.
Con esa cantidad, se asegurará que los niños tengan acceso a tres comidas diarias calientes: desayuno, comida y cena, que llegarán a las casas de estas familias, y que también estarán disponibles en algunos puntos de recogida. Antes de que esto ocurriese, estos niños comían en en colegio, y no tenían que pagar por ello.
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