Más allá de lo que de lo que muchos fans creen sobre cómo fue la relación entre Isabel II y la princesa Margarita, a menudo llena de dramas, envidias y enfados según el público, la realidad fue algo diferente. Las hermanas tuvieron una relación entrañable y siempre que lo necesitaron la otra estaba para ayudarla. Eso es lo que refleja una de las últimas confesiones públicas de la princesa sobre la reina, que se ha encargado de recordar el experto en realeza Andrew Duncan, autor de The Reality of Monarchy.
Por aquel entonces la princesa Margarita tenía 39 años. La hermana pequeña de la reina de Inglaterra confesó en una conversación con la revista Radio Times: “Mi hermana tiene aura. Estoy enormemente impresionada cuando entra a una habitación. Es una especie de magia”. La entrevista tuvo lugar a finales de los sesenta y en ella añadió: “A mi humilde manera, siempre he intentado quitarle algo de la carga a mi hermana. Ella no puede hacerlo todo … y aprovecho la oportunidad para ayudar. A veces puede ser muy formal y aburrido, pero ahora sé cómo combatirlo. Depende de uno no aburrirse”.
La edad y la madurez de la princesa Margarita le permitieron ayudar a su hermana sin sufrir por ello, además de haberse suavizado con la edad: dejó de dedicarle a la gente sus famosas miradas fulminantes. Así lo confesaba también ella misma: “Mis amigos solían burlarse de mí y la llamaban mi expresión ‘gota de ácido’ … Soy mucho más amable con la edad”.
Sobre el futuro de la monarquía también hizo un juicio de valor, del que seguramente tendría mucha razón. Según la princesa, dependía de los “jóvenes bien educados” que produjera la familia real. Según la experta en realeza Jennie Bond, la princesa Margarita llegó a ser considerada una persona insolente durante sus años de juventud, tan solo por no ocultar sus ideas.
Relajado con la edad o no, sin duda el carácter de la princesa Margarita fue famoso en su tiempo y ha pasado a la posteridad. En su obituario del New York Times se podía leer: “Atractiva y amante de la diversión, la princesa Margarita tuvo la reputación de ser un espíritu libre durante sus años de juventud. Pero su veintena fue nublada por un romance desafortunado con el capitán Peter Townsend de la Royal Air Force, un héroe de batalla de Gran Bretaña de quien se enamoró cuando él sirvió para su padre, el rey Jorge VI”. La princesa Margarita falleció en 2002 –el año del jubileo de oro de la reina–, a la edad de 71 años, pero con la relación con su hermana intacta.
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