Una de las acusaciones más repetidas contra Meghan Markle es que no estaba lo bastante preparada para entrar en la familia real británica. Pero uno de los problemas que dejó entrever en la entrevista que ella y el príncipe Harry concedieron a Oprah Winfrey (aparte del racismo, la falta de empatía, la incompresión, poner la reputación por delante de la salud mental, enfrentarse sin herramientas a un personal de palacio que filtraba lo que le convenía cuando le convenía, y a una presión mediática constante que llegó incluso a acusarla de favorecer el cambio climático y el crimen organizado por comer tostadas) era que ninguna persona normal podría estar lo bastante preparada para formar parte de La Casa. "Cuando entré en esa familia, esa fue la última vez –hasta que vinimos aquí– que vi mi pasaporte, mi permiso de conducir, mis llaves. Hay que entregarles todo". Meghan añadió que su documentación personal no se le devolvió hasta que no se fueron de Inglaterra. ¿Es posible?
Según los expertos, sí. Y hasta rutinario. Puede que Inglaterra los trenes ya no tengan puntualidad británica, pero dentro de la institución el protocolo y su eficiencia sigue primando por encima de las personas. ¿Qué es más fácil a la hora de establecer un dispositivo de seguridad: que una duquesa tenga autonomía personal, o rquisarle su documentación personal para tener controladas sus idas y venidas y diseñar así buenas medidas de seguridad? Pues lo segundo, por supuesto. Es algo que sostenía en la BBC el historiador experto en royals Robert Lacey, que quizás le suene: es el principal asesor de The Crown y –aparte de prestigioso biógrafo– el autor de los imprescindibles libros de acompañamiento de la serie.
Pues bien, Lacey decía que la retirada del pasaporte y del permiso de conducir se hacía "por su propia seguridad. "Meghan tuvo que entregar su permiso de conducir ateniéndose a las reglas de seguridad. Si pudiese salir a conducir por su cuenta, no estaría protegida". Tanto Lacey como el resto de expertos consultados sostenían que, aparte de ese control, también se hacía por no provocar imprevistos de agenda: si mañana Harry y Meghan tuviesen que salir de tour oficial y de repente no encontrasen el pasaporte, la reputación de la casa de ser engranajes impecables se resentiría. O si lo fuesen perdiendo por ahí y mañana un tabloide publicase alegremente la foto de carné de un royal. Así que es mejor que los cortesanos tengan todo bajo custodia, hasta que haya que usarlo.
Y no es que Lacey se posicionase, sencillamente estaba describiendo el modus operandi habitual de La Casa, la misma que tiene como protocolo que a tu bebé hay que dejarlo con la nanny cuando te vas de viaje oficial porque dos herederos directos al trono no pueden viajar juntos por si acaso. Igual es un poco difícil prepararse para pertenecer a una institución que obliga a padres e hijos a distanciarse desde pequeños, porque la sucesión prima por encima de todas las cosas. Y no digamos prepararse para pertenecer a una familia resultado de esos métodos de crianza.
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