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Oficialmente, Brad Pitt no ha vuelto a tener pareja desde que Angelina Jolie y él anunciaron su divorcio hace cuatro años. Por eso la enésima aparición de la actriz Alia Shawkat en las cercanías de Pitt en los últimos meses ha levantado alguna que otra ceja. En concreto, la de hace cuatro días, cuando la actriz fue a casa Pitt a saltarse las normas de distanciamiento social de Los Angeles. En bicicleta. El día del cumpleaños de ella. Ese día, Shawkat cumplía 31 años y se fue a casa del actor de 56 a celebrar el evento.
Antes de eso, se habían ido de hamburguesas juntos, cuando comer hamburguesas aún era posible: el día 8 de marzo. El día después de haber ido a un concierto juntos y después de haber salido por ahí ese mismo día. Se fueron juntos a ver la misa-ópera de Kanye. Y también a un restaurante. En general, desde que un día de otoño acudiesen juntos a una obra de teatro, se han convertido en una de las postales más repetidas del mundo cultural (y gastronómico) angelino.
Aunque puede que sean sólo amigos. Desde luego, tienen un interés común: el arte. Durante sus años con Jolie, Pitt se convirtió en coleccionista. Y es un mundo en el que se ha refugiado tras su divorcio. No es algo de lo que hable mucho en público, pero se siente cómodo en los ambientes artísticos. No es sólo que una de las primeras apariciones públicas del actor y Shawkat fue en una exposición colectiva: L.A. on fire.
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Es que en esa misma exposición, Shawkat exhibía uno de sus cuadros. Porque ella no sólo tiene interés en las artes, sino que también es pintora. Ha expuesto en varias galerías de Los Angeles, donde su trabajo figurativo teñido de pop sucio tiene bastante tirón. Hasta el punto de que varios medios, citando a amistades cercanas a Pitt asegura que por eso se conocieron: Pitt sería fan de su trabajo, y su relación, al parecer, estrictamente platónica. Pitt
Pero, aunque Shawkat tiene su propio estudio y una cierta carrera artística, es una forma de desconectar de la actuación Una válvula de escape que siempre estuvo presente, desde que en 2007 decidiese dejar la actuación durante un año para recuperar su otra vocación –tuvo que elegir entre estudiar Bellas Artes o seguir actuando, un oficio en el que lleva desde que a los nueve años participase con un pequeño papel en Tres Reyes (1999), la película de David O. Russell protagonizada por George Clooney.
Cuatro años después conseguiría el papel de la adolescente más sarcástica del planeta, Maeby Fünke, en una de las mejores telecomedias del siglo, Arrested Development. El carisma de Maeby durante tres temporadas (más una cuarta en 2013 y una quinta fragmentada en Netflix), la acompañaría de vuelta como protagonista absoluta en la irregular –por temporadas, no por calidad– Search Party, una comedia negrísima que este año tendrá su gran oportunidad como una de las grandes apuestas del nuevo servicio de HBO, HBOMax (que cree tanto en el formato que ha comprado dos temporadas).
Mientras, ha participado en series como Transparent , se ha convertido en una de las indispensables del cine indie, y se encuentra cada vez más cómoda en su papel de activista. Su sangre árabe (es de ascendencia iraquí) la marcó durante su infancia, pero la vida en la escena cultural de Los Angeles le ha dado su propia voz. En la misma entrevista en la que se declaraba bisexual, terminaba reconociendo que con los años se ha vuelto más vocal: "solía ser menos franca. Pero como mujer, como árabe-americana y como miembro de la comunidad LGTBQ, tengo que hablar con todas mis fuerzas".
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