Los planes para el funeral del Duque de Edimburgo tras su muerte han sufrido modificaciones respecto a lo preparado según la tradición a causa del Coronavirus. Lo primero que se tendrá en cuenta será evitar aglomeraciones. La Reina debe aprobar personalmente todos los detalles de la ceremonia, pero parece que no habrá desfile del féretro en carruaje tirado por caballos, como sí sucedió en el caso de Lady Di o la Reina Madre.
El ceremonial de un funeral real se revisa cuidadosamente a lo largo de los años, por el propio interesado. Pero el protocolo puesto en marcha en el caso del Duque de Edimburgo, llamado Forth Bridge, se ha venido abajo por culpa de la pandemia. El Duque no tendrá un Funeral de Estado. La Reina y sus asesores han rehecho decenas de detalles para evitar la aglomeración de ciudadanos en torno al féretro deseosos de rendir un último homenaje al Duque. El resultado final debe aprobarlo personalmente la Soberana. El propio Duque revisó su funeral numerosas veces a lo largo de su vida y siempre dejó clara una cosa: no quería una ceremonia como la de su tío Lord Mounbatten, asesinado por el IRA. Le parecía demasiado ostentosa. El prefería un funeral de carácter militar, pero austero.
El protocolo manda que, una vez, anunciado el fallecimiento, el Lord Chamberlain y el Primer Ministro consultan a la Reina sus deseos para el funeral. La Reina deja de cumplir con sus compromisos por el luto. Los planes iniciales preveían que cientos de miembros de las Fuerzas Armadas le rindieran tributo en las calles, pero nada de esto es hoy posible. A diferencia de lo que ha pasado con otros fallecimientos, la Familia les ha pedido a los ciudadanos que no dejen flores en las residencias reales. Podrán expresar su pésame en un libro de condolencias online.
El propio Duque dejó dicho que no quería ser velado en público, por lo que no habrá una capilla ardiente en la que los ciudadanos puedan ver su ataúd y despedirse de él. Su cuerpo yacerá en el Castillo de Windsor donde falleció el viernes por la mañana–aunque se habla también del Palacio de Saint James, en Londres– hasta la celebración del funeral privado en la Capilla de San Jorge.
Todavía no se conoce quiénes serán los invitados, pero, según las recomendaciones sólo puede reunirse un grupo de 30 personas. Se da por hecho que los Duques de Sussex viajarán desde Estados Unidos para la despedida. Se espera que la ceremonia tenga lugar el próximo sábado 17 de abril, después de ocho días de luto, y que sea retransmitida por la BBC. La familia iniciará un periodo de duelo que puede durar varias semanas.
La Reina podría mandar un mensaje televisado al país, como ocurrió tras la muerte de su madre, la Reina Isabel, en marzo de 2002, para agradecer a los ingleses su apoyo.
De momento las banderas nacionales ondean ya a media asta por mandato del Gobierno en todos los edificios gubernamentales y reales en los que no está la Reina y lo harán hasta las ocho de la mañana del día siguiente al funeral. El estandarte real, que simboliza la continuidad de la Monarquía, si ondeará completo como es tradición.
Están previstas también salvas de honor en homenaje al Duque de Edimburgo. Se dispararán 41 rondas, separadas por un minuto, durante 40 minutos. Y, en señal de respeto, los partidos políticos han suspendido las campañas para las elecciones que celebran el mes que viene. Este lunes, habrá una sesión de honor en la Cámara de los Comunes para que los parlamentarios rindan homenaje al Duque.
¿Y dónde descansará el Duque para siempre? Parece que su deseo era hacerlo en los jardines de Frogmore, donde vivieron Enrique y Meghan, y donde están enterrados la Reina Victoria y su marido, el Príncipe Alberto.
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