Lucía Bosé ha fallecido este lunes a causa del coronavirus. La actriz, que siempre vivió a su manera, hasta el punto de renunciar a su carrera para exprimir al máximo la vida y a su familia, nació como Lucía Borloni en Italia hace 89 años. Contaba en su biografía que fue descubierta por Luchino Visconti cuando todavía era dependienta de una pastelería milanesa, con 16 años. La misma edad con la que ganó el concurso de Miss Italia y se convirtió en la bellísima musa de Antonioni, Giuseppe de Santis o el propio Visconti.
Pero, aparte de trabajar en diversas etapas con directores como Buñuel o Fellini, quien cambiaría su vida sería Juan Antonio Bardem. Al viajar a España para rodar a sus órdenes Muerte de un ciclista conocería al torero Luis Miguel Dominguín, que sería su marido durante 12 años (se casaron a espaldas de la familia, en Las Vegas), y el padre de sus tres hijos: Miguel Bosé (con Visconti de padrino), Lucía Dominguín y Paola Dominguín.
Un matrimonio fruto de la pasión –ninguno hablaba el idioma del otro al principio– y que revelaba el carácter de Lucía Bosé: la boda en Las Vegas era impensable –e inválida– en nuestro país. Su madre se enteró por la prensa. Y después tuvieron que repetir boda, ya embarazada de Miguel, para apaciguar el escándalo en España. Era así entonces y fue así siempre: “Siempre estoy de paso", contaba a Vanity Fair. "Cuando me dicen que algo es para toda la vida, yo respondo: nada de eso”.
Rodó una quincena de películas, renunció a su carrera, se codeaba con Hemingway y mantenía una intensa amistad con Picasso. Volvió al cine. Volvió a dejarlo. Regresó otra vez para rodar nada menos que con Fellini. Y siempre con un humor y un caracter netamente italianos, visible en sus entrevistas. Hasta el final, en su retiro entre pueblos y campos de golf y visitas a sus hijos, con su melena azul que un día hace más de 20 años le tiñera su también fallecida nieta Bimba Bosé, Lucía Borloni siempre fue ella: Lucía Bosé. Descanse en paz.
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